El doctor Juan Carlos Parodi contó a RPP la vez en que operó de emergencia a Jorge Mario Bergoglio por una peritonitis. “Estaba muy grave”.
El papa Francisco pasó una “buena noche” y continúa su tratamiento en el hospital Gemelli de Roma después de que el Vaticano comunicara que el santo padre sigue en estado crítico y que algunos análisis de sangre muestran una “insuficiencia renal inicial leve”.
El pontífice argentino, ingresado desde el pasado 14 de febrero con una neumonía bilateral, no ha tenido más crisis respiratorias como la que sufrió el sábado, cuando se le detectó una trombocitopenia; es decir, un bajo nivel de plaquetas.
El estado de salud del papa Francisco preocupa a la comunidad católica a nivel mundial, pero hay que recordar que, antes de ser ungido como Sumo Pontífice de la Iglesia en 2013, Jorge Mario Bergoglio vivió dos eventos que marcaron su vida en Argentina: una operación de pulmón a los 20 años y una intervención de emergencia por una gangrena en la vesícula en 1980, a los 43 años.
RPP conversó este lunes con el cirujano argentino Juan Carlos Parodi, quien, en 1980, atendería a un sacerdote que se encontraba en estado crítico en una clínica de Parque Centenario, en Buenos Aires.
El testimonio del doctor que trató al papa Francisco en 1980
En La Rotativa del Aire, Parodi narró que su colega cardiólogo, José Diorio, lo llamó a la medianoche para contarle que tenía a un “curita” que estaba “muy mal” y con fiebre y deshidratación intensa.
“Y realmente Jorge estaba muy grave, muy grave porque tenía una distensión abdominal, mucho dolor, sobre todo a la derecha”, relató.
“Me acuerdo de que le hice una incisión enorme al pobre Francisco desde el reborde costal hasta el pubis y le encontré una peritonitis, como había dicho y una gangrena de la vesícula. Tenía la vesícula negra y perforada”, agregó.
Ante la negativa del resto de sus colegas para realizar la operación, el galeno argentino hizo una operación de emergencia para salvarle la vida al hoy papa Francisco, porque la posibilidad de que muriera en un lapso de seis horas si es que no recibía atención inmediata.
“La cirugía duró cuatro horas. Le saqué la vesícula con mucho cuidado. Tuve que lavar todo el abdomen, que estaba todo contaminado. Y bueno, lo seguí hidratando, dándole antibióticos”, precisó.
Parodi acotó que el entonces religioso de 43 años se recuperó del proceso y a los cuatro días “ya estaba en buenas condiciones”; sin embargo, dijo que el papa Francisco no siguió sus recomendaciones.
“Y yo creo que no cumplió ninguna. Lo único es que el antibiótico lo siguió. Pero él estaba obeso, comía demasiado, no hacía ejercicio”, apuntó.
Asimismo, resaltó que actualmente el papa Francisco no está intubado a raíz de la neumonía bilateral, del asma y de la insuficiencia renal leve que padece, lo que, a su juicio, demuestra el temple del santo padre.
“Si hubiera habido necesidad de intubación eso es irreversible, pero no la tiene, él tiene oxígeno nasal permanente y está relativamente estable, porque el problema renal no es una cosa grave. A esa edad lo que tiene no se tolera y él lo está tolerando bien…”, aseveró.
“Tengamos un poco de fe porque este es un hombre extraordinario, amado por todo el mundo. Y es un hombre fuerte, no es endeble…”, añadió.
Finalmente, el doctor Parodi expresó su preocupación por la posibilidad de que se alargue la internación del pontífice, debido a los riesgos de contraer la denominada “infección hospitalaria”.
“En los hospitales obviamente hay acantonamiento de gérmenes y como se usa mucho antibiótico, son gérmenes resistentes a los antibióticos”, puntualizó.
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