El ensayista ecuatoriano dijo que, a pesar de que el capitalismo predomina desde hace siglos, este sistema económico contiene los valores feudales de obediencia y sumisión.
El poeta y ensayista ecuatoriano Mario Campaña señaló que el feudalismo, sistema económico y político que predominó en Europa entre los siglos IX y XV, sigue vigente. "La democracia apenas pueda ocultar que vivimos en una sociedad de señores", dijo en una entrevista con el diario español La Vanguardia.
El autor de Días largos explicó que los rasgos de esa estructura política se vislumbran en el lenguaje. "Lo delata el vocabulario, un lenguaje señorial que oyes cada día: honorabilidad. Clientelismo. Linaje. Privilegios. Poder. Preeminencia".
La moral medieval. A su juicio, los "señores" de aquella época "son hoy legalmente ciudadanos", pero perviven con un poder similar al de tiempos medievales.
"'Sé siempre el mejor', 'sé superior al resto': una moral de reyes y señores, y hoy de empresarios capitalistas. Es siempre la misma ética de la excelencia, la jerarquía, la ostentación, la deferencia".
Cuestiona la ética actual. El escritor indicó que la Revolución Francesa de 1789 diluyó discriminaciones fiscales, jurisdiccionales y de oportunidades, pero no morales. "Eso quedó intacto. Sobrevive la ética judeo-greco-latino-cristiana, un pensamiento que unificó Europa".
Mario Campaña comentó también que la Iglesia y la Ilustración condujeron al mundo al liberalismo capitalista; sin embargo, este contiene los valores aristocráticos de obediencia y sumisión, características del sistema feudal. "O fíjate en los apellidos, los linajes... En las academias para ennoblecerse... Cómo ser virtuoso para ser distinguido... ¿No son los filántropos la actual nobleza aristocrática? Todo igual".
Su propuesta. El ensayista dijo, además, que mientras la ciudadanía mundial no acoja "la ética de lo pequeño y la reciprocidad", la democracia no estará a nuestro alcance.
"Nuestra cultura es aún aristocrática, no democrática: aún preferimos lo exclusivo a lo compartido, lo imperecedero a lo evanescente, la solemnidad al juego, el honor al respeto...".
Comparte esta noticia