Rafael Elvira, ministro de Medio Ambiente mexicano, pidió a los países desarrollados ´acelerar´ la transferencia de los US$ 10 mil millones que acordaron en Copenhague.
El premio Nobel Mario Molina y funcionarios internacionales coincidieron hoy, en el marco de la asamblea anual del BID, que el éxito de la próxima Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático (COP16) dependerá de la financiación disponible para que los países en desarrollo enfrenten ese problema.
En un seminario sobre cambio climático que organizó el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en la ciudad mexicana de Cancún, donde se celebrará a final de año la COP16, el ministro de Medio Ambiente de México, Rafael Elvira, pidió a los países desarrollados "acelerar" la transferencia de los 10.000 millones de dólares que acordaron aportar el año pasado en Copenhague.
La liberación de esos recursos permitirá llegar "con mayor confianza" y planes estructurados a la próxima Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático, dijo el funcionario mexicano.
"Necesitamos mostrarle al mundo los primeros resultados, para ver realmente el financiamiento para la adaptación al cambio climático, mitigación y conservación de bosques", señaló.
El acuerdo de Copenhague estableció un fondo total de 10.000 millones de dólares cada año entre 2010 y 2012 para los países más vulnerables, para hacer frente a los efectos del cambio climático, y de 100.000 millones anuales a partir de 2020 para mitigación y adaptación.
A juicio de Elvira, "es tiempo de empezar a presionar" para que estos recursos se liberen y sean canalizados a las naciones en vías de desarrollo, especialmente en las áreas de mitigación, conservación de bosques y selvas, y para transferencias de tecnología, entre otras cosas.
"México solicita a los países que hicieron este ofrecimiento que lo hagan válido para llegar a Cancún con acuerdos importantes", sostuvo.
"Realmente las señales están en el aire, si los países ven que hubo la transferencia (de recursos), que hubo acuerdos y que hubo entendimiento, podremos llegar a Cancún con el ánimo bien dispuesto y podremos llegar a mayores acuerdos", puntualizó.
Por su parte, el secretario ejecutivo de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Yvo de Boer, indicó que el mundo requerirá de unos 200.000 millones de dólares al año para que los proyectos energéticos de los países sean "verdes" y no contribuyan al calentamiento global.
Además de ello, estimó que se necesitarán anualmente más de 100.000 millones de dólares "para ayudar a los países a adaptarse a los impactos inevitables del cambio climático".
Según De Boer, es "extremadamente improbable" que los fondos prometidos en Copenhague, menores a los que, a su juicio, realmente se necesitan, se consigan a través del financiamiento público.
"No veo a los países industrializados, que ya invierten unos 85.000 millones de dólares en sistemas de eficiencia (energética), movilizando otros 100.000 millones de dólares para el cambio climático", dijo.
De Boer, quien dejará el cargo en julio tras dimitir en febrero pasado, señaló que se deben mezclar recursos del sector publico y privado y buscar mecanismos financieros novedosos, y que antes de la COP16 es clave decidir quién y cómo va a administrar esa cantidad "enorme" de dinero.
En tanto, el científico mexicano Mario Molina, Premio Nobel de Química en 1995, consideró "que el costo en el que incurriría el mundo para realizar los cambios necesarios" para combatir el cambio climático "es increíblemente pequeño", de "entre 1 y 2 por ciento del Producto Interior Bruto del planeta".
"El costo de no tomar estas medidas es claramente mucho más alto", advirtió el científico.
Molina opinó que en la COP16 se debe buscar un mecanismo de concertación diferente, que implique que pequeños grupos de países lleguen a acuerdos previos en representación de los demás, y no pretender, como en Copenhague, que 192 países se pongan de acuerdo de una sola vez, lo que contribuyó al fracaso de esa cita.
EFE
En un seminario sobre cambio climático que organizó el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en la ciudad mexicana de Cancún, donde se celebrará a final de año la COP16, el ministro de Medio Ambiente de México, Rafael Elvira, pidió a los países desarrollados "acelerar" la transferencia de los 10.000 millones de dólares que acordaron aportar el año pasado en Copenhague.
La liberación de esos recursos permitirá llegar "con mayor confianza" y planes estructurados a la próxima Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático, dijo el funcionario mexicano.
"Necesitamos mostrarle al mundo los primeros resultados, para ver realmente el financiamiento para la adaptación al cambio climático, mitigación y conservación de bosques", señaló.
El acuerdo de Copenhague estableció un fondo total de 10.000 millones de dólares cada año entre 2010 y 2012 para los países más vulnerables, para hacer frente a los efectos del cambio climático, y de 100.000 millones anuales a partir de 2020 para mitigación y adaptación.
A juicio de Elvira, "es tiempo de empezar a presionar" para que estos recursos se liberen y sean canalizados a las naciones en vías de desarrollo, especialmente en las áreas de mitigación, conservación de bosques y selvas, y para transferencias de tecnología, entre otras cosas.
"México solicita a los países que hicieron este ofrecimiento que lo hagan válido para llegar a Cancún con acuerdos importantes", sostuvo.
"Realmente las señales están en el aire, si los países ven que hubo la transferencia (de recursos), que hubo acuerdos y que hubo entendimiento, podremos llegar a Cancún con el ánimo bien dispuesto y podremos llegar a mayores acuerdos", puntualizó.
Por su parte, el secretario ejecutivo de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Yvo de Boer, indicó que el mundo requerirá de unos 200.000 millones de dólares al año para que los proyectos energéticos de los países sean "verdes" y no contribuyan al calentamiento global.
Además de ello, estimó que se necesitarán anualmente más de 100.000 millones de dólares "para ayudar a los países a adaptarse a los impactos inevitables del cambio climático".
Según De Boer, es "extremadamente improbable" que los fondos prometidos en Copenhague, menores a los que, a su juicio, realmente se necesitan, se consigan a través del financiamiento público.
"No veo a los países industrializados, que ya invierten unos 85.000 millones de dólares en sistemas de eficiencia (energética), movilizando otros 100.000 millones de dólares para el cambio climático", dijo.
De Boer, quien dejará el cargo en julio tras dimitir en febrero pasado, señaló que se deben mezclar recursos del sector publico y privado y buscar mecanismos financieros novedosos, y que antes de la COP16 es clave decidir quién y cómo va a administrar esa cantidad "enorme" de dinero.
En tanto, el científico mexicano Mario Molina, Premio Nobel de Química en 1995, consideró "que el costo en el que incurriría el mundo para realizar los cambios necesarios" para combatir el cambio climático "es increíblemente pequeño", de "entre 1 y 2 por ciento del Producto Interior Bruto del planeta".
"El costo de no tomar estas medidas es claramente mucho más alto", advirtió el científico.
Molina opinó que en la COP16 se debe buscar un mecanismo de concertación diferente, que implique que pequeños grupos de países lleguen a acuerdos previos en representación de los demás, y no pretender, como en Copenhague, que 192 países se pongan de acuerdo de una sola vez, lo que contribuyó al fracaso de esa cita.
EFE
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