El lamentable suceso que se produjo en la región de Toscana a las 23.50 hora loca, ocasionó, además, el derrumbamiento de varios edificios de la zona.
Un total de diez muertos y más de 50 heridos, 35 de gravedad, en algunos casos con quemaduras en 90 por ciento de su cuerpo, es el resultado de la explosión de dos vagones de un tren que portaba gas cerca de la ciudad de Viareggio, en la provincia de Lucca, en la Toscana, informó el prefecto de Lucca, Carmelo Aronica.
Uno de los cadáveres hallados es, al parecer, de un niño carbonizado entre las ruinas de una casa. Se teme que el número de fallecidos ascienda dada la gravedad de los heridos y por del derrumbe de varios edificios cercanos a la estación de Viareggio, donde se registró la catástrofe.
Por otro lado, el incendio provocado por la explosión de los vagones cargados de gas no ha sido aún controlado, refirió el responsable de los bomberos Antonio Gambardella, quien subrayó que se trabaja para evitar que los otros vagones cargados con gas puedan explotar.
Los muertos y los heridos son todos ellos civiles y han resultado afectados en una zona residencial de 300 metros, próxima al área de la explosión, añadieron.
Frente a la sede de la Alcaldía se han reunido las unidades de emergencia llegados de toda la región en los que se recuperan los casos menos graves, mientras que los heridos más graves han sido trasladados al hospital Versilia de la ciudad.
Testimonios
Según algunos testigos, el tren entró en la estación con los "frenos en llamas", una tesis que no corroboró el maquinista que logró escapar con vida de la catástrofe y quien se limitó a decir que el convoy circulaba a 90 kilómetros por hora.
Giuseppe Ferracciolo, un camarero de la estación, narró que el tren entró en la terminal ferroviaria "a toda velocidad, se veían chispas que salían de los raíles y venía envuelto en una nube de polvo. Poco después, numerosas explosiones transformaron en una enorme hoguera la estación, las casas circundantes y los coches aparcados en Via Aurelia".
Fuentes de la prefectura de Lucca dijeron que una "nube de gas" creada por el escape de gas de los vagones que "cedieron en su estructura al descarrilar" alcanzó una casa vecina y en ese momento, un chispa pudo haber causado la deflagración no sólo de los vagones, sino también del propio edificio saturado del elemento inflamable.
Los testimonios de la tragedia se multiplican: "He visto gente que se escapaba de los coches incendiados quitándose la ropa en llamas, verdaderas antorchas humanas", refiere Chiara M..
Por su parte, una vecina, Luigina, narra: "He visto al menos a cuatro personas en el suelo cubiertas con sábanas mientras los coches explotaban como si fueran bombas, continuaban explotando una hora después del descarrilamiento del maldito tren".
EFE
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