Durante dos años, los Gies se aseguraron de que la familia judía ´era provista de comida y otros enseres esenciales, poniendo sus propias vidas en riesgo´.
Miep Gies, la mujer que ayudó a Ana Frank a ocultarse durante la ocupación nazi de Holanda y salvó su famoso diario, murió ayer a los cien años, según ha anunciado su página web personal.
Junto a su marido y otros colaboradores, Gies mantuvo en secreto el escondrijo de la familia Frank, ubicado en un habitáculo existente en la parte posterior del local de su empresa, en el número 263 de Prinsengracht, en uno de los canales de Amsterdam.
Durante dos años, los Gies se aseguraron de que la familia judía "era provista de comida y otros enseres esenciales, poniendo sus propias vidas en riesgo", según el relato de los hechos del Museo Ana Frank, del que se hace eco el portal de noticias Radio Netherlands.
La vida de Gies (Viena, 15 de febrero de 1909) también estuvo marcada por la guerra y el afán de supervivencia.
Llegó a Amsterdam en 1920 escapando de la carencia de alimentos en la capital austríaca tras la Primera Guerra Mundial, y conoció a Otto Frank, el padre de Ana, al pedirle trabajo para su compañía de comercio de especias.
El refugio de los Frank fue descubierto en junio de 1942 por las SS alemanas.
Tras una breve estancia en un centro de detención de Amsterdam y en un campo de concentración holandés para judíos, los Frank y las otras dos familias que se ocultaban con ellos fueron trasladados en los últimos trenes que partieron hacia Auschwitz, en Polonia, y cuando solo faltaban semanas para que las tropas aliadas liberasen Holanda.
Edith, la madre, murió de inanición el 6 de enero de 1945 y Margot y Ana a consecuencia de una epidemia de tifus en Bergen Belsen (norte de Alemania), entre finales de febrero y principios de marzo de ese mismo año.
Sólo el padre, Otto Frank, logró sobrevivir y en diciembre de 1944 regresó a Amsterdam, donde Miep Gies y Bep Voskuijl le entregaron el diario de Ana.
Desde que Otto Frank decidiera publicarlo por primera vez en 1947 el diario ha sido traducido a la mayoría de las lenguas y se han vendido varias decenas de millones de ejemplares. EFE
Junto a su marido y otros colaboradores, Gies mantuvo en secreto el escondrijo de la familia Frank, ubicado en un habitáculo existente en la parte posterior del local de su empresa, en el número 263 de Prinsengracht, en uno de los canales de Amsterdam.
Durante dos años, los Gies se aseguraron de que la familia judía "era provista de comida y otros enseres esenciales, poniendo sus propias vidas en riesgo", según el relato de los hechos del Museo Ana Frank, del que se hace eco el portal de noticias Radio Netherlands.
La vida de Gies (Viena, 15 de febrero de 1909) también estuvo marcada por la guerra y el afán de supervivencia.
Llegó a Amsterdam en 1920 escapando de la carencia de alimentos en la capital austríaca tras la Primera Guerra Mundial, y conoció a Otto Frank, el padre de Ana, al pedirle trabajo para su compañía de comercio de especias.
El refugio de los Frank fue descubierto en junio de 1942 por las SS alemanas.
Tras una breve estancia en un centro de detención de Amsterdam y en un campo de concentración holandés para judíos, los Frank y las otras dos familias que se ocultaban con ellos fueron trasladados en los últimos trenes que partieron hacia Auschwitz, en Polonia, y cuando solo faltaban semanas para que las tropas aliadas liberasen Holanda.
Edith, la madre, murió de inanición el 6 de enero de 1945 y Margot y Ana a consecuencia de una epidemia de tifus en Bergen Belsen (norte de Alemania), entre finales de febrero y principios de marzo de ese mismo año.
Sólo el padre, Otto Frank, logró sobrevivir y en diciembre de 1944 regresó a Amsterdam, donde Miep Gies y Bep Voskuijl le entregaron el diario de Ana.
Desde que Otto Frank decidiera publicarlo por primera vez en 1947 el diario ha sido traducido a la mayoría de las lenguas y se han vendido varias decenas de millones de ejemplares. EFE
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