Para evitar esa situación, la agencia de la ONU llamó a ayudar a los 475 millones de pequeños agricultores de bajos ingresos con vistas a erradicar la pobreza y el hambre en el mundo.
La Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advirtió que el cambio climático ya está afectando a la agricultura y la seguridad alimentaria, por lo que, si no se toman medidas urgentes, más millones de personas sufrirán hambre y pobreza.
“Las repercusiones negativas del cambio climático en la productividad de los cultivos, la ganadería, la pesca y la actividad forestal serán cada vez más graves en todas las regiones”, alerta la agencia.
Seguridad alimentaria. En un informe titulado El estado mundial de la agricultura y la alimentación, señala que las caídas de la productividad tendrán serias consecuencias para la seguridad alimentaria, ya que la escasez de suministros dará lugar a una elevación importante de los precios de los alimentos.
“Dado que las zonas más afectadas serán aquellas que ya sufren altos índices de hambre y pobreza, los aumentos de los precios de los alimentos afectarán directamente a millones de personas de bajos ingresos. Entre los más vulnerables estarán quienes dependan de la agricultura para sus medios de vida e ingresos, especialmente los pequeños productores de los países en desarrollo”.
La pobreza podría aumentar. De no producirse cambios, dice la FAO, el número de pobres podría aumentar entre 35 y 122 millones para 2030 en comparación con lo que sería un futuro sin cambio climático, según su informe bienal sobre el estado mundial de la agricultura y la alimentación.
Para evitar esa situación, llamó a ayudar a los cerca de 475 millones de pequeños agricultores de bajos ingresos con vistas a erradicar la pobreza y el hambre en el mundo, dos de los objetivos que la comunidad internacional se ha marcado para 2030. Y entre las formas de mejorar los ingresos agrícolas, el estudio aboga por diversificar la producción integrando, por ejemplo, los cultivos, el ganado y los árboles.
“Los agricultores pueden mejorar aún más su resiliencia a través de la diversificación, que puede reducir los efectos de las perturbaciones climáticas sobre los ingresos y proporcionar a los hogares una gama más amplia de opciones a la hora de gestionar los riesgos futuros”.
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