Los bloques de hielo que se forman en esta región aportan agua potable a las familias que viven a -41°C. "Utilizamos esta agua para beber y cocinar. Es muy práctico", detalló una residente del pueblo de Oi.
Innokenty Tobonov hunde su arpón en un gran bloque de hielo, sus colegas lo sacan de las aguas heladas y luego lo cargan en su tractor. Es el equivalente en agua potable para que sobreviva un anciano de Siberia en invierno.
La región de Sajá, en el noreste de Siberia, es la región más grande Rusia y también la más fría del planeta. A los lugareños, como los del pueblo de Oi, los bloques de hielo les aportan agua potable la mayor parte del año.
"Hacemos esto todos los años. El pueblo necesita agua potable", afirma Innokenty Tobonov, miembro del consejo local del pueblo, con las pestañas heladas a causa de los -41 ºC.
El hielo, un medio de supervivencia
Excavar pozos es demasiado caro a causa del permafrost, una espesa capa de suelo congelado todo el año. El agua del grifo --procedente del río Lena-- solo está disponible unos dos meses y medio al año. El resto del tiempo, las canalizaciones están congeladas y cuando por fin se descongelan, el agua está llena de sedimentos durante un tiempo y no es potable.
La mayoría de las localidades de Sajá no tienen plantas de tratamiento de aguas. Así, solo queda el hielo, la fuente de agua potable más limpia disponible. Recogida en noviembre, suele almacenarse en el exterior durante el invierno, en general a una cierta altura, fuera del alcance de los perros.
Cuando la atmósfera se calienta, los habitantes almacenan los bloques de hielo en sus sótanos, transformados en refrigeradores por las paredes de permafrost.
"Físicamente, es duro"
"Físicamente, es duro. Sobre todo cuando el hielo es de unos 50 cm de espesor", afirma Innokenty, que considera que un hogar pequeño necesita unos diez metros cúbicos de agua para cubrir sus necesidades invernales.
"Utilizamos esta agua para beber y cocinar. Es muy práctico", detalla una septuagenaria residente de Oi, Pelageya Semenova. "El agua helada es más limpia y sabe mejor que la del grifo: en la ciudad, sabe a cloro y aquí, a veces, sabe a petróleo", dice. "Pero parece que no contiene vitaminas".
Poco poblada, a la región de Sajá se la conoce como "la tierra de los lagos" y tiene tantos lagos como su millón de habitantes. Las comunidades rurales son particularmente dependientes del hielo para sobrevivir y cualquier contaminación medioambiental afecta directamente al agua que consumen.
(Con información de AFP)
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