"Las presiones son explícitas", declaró Julian Assange, según el cual la intención del Gobierno es "activar la ley de espionaje de EEUU para conseguir procesar a nuestros colaboradores".
El fundador de Wikileaks, Julian Assange, denunció hoy "las presiones" de EEUU sobre su organización y se refirió concretamente a la exigencia del Pentágono de que se destruyan los documentos sobre la guerra de Irak en su poder.
"Las presiones son explícitas", declaró Assange, según el cual la intención del Gobierno de EEUU es "activar la ley de espionaje de EEUU para conseguir procesar a nuestros colaboradores".
En declaraciones a la BBC tras una conferencia de prensa celebrada en Londres en la que defendió la publicación por Wikileaks de documentos secretos del Ejército estadounidense, Assange dijo que "bajo el presidente (Barack) Obama ha habido más procesamientos por filtraciones que bajo todos los gobiernos anteriores de ese país juntos".
El pasado 7 de octubre, Obama promulgó una ley destinada a endurecer el control sobre las operaciones de espionaje, ley que, entre otras cosas, restringe el número de legisladores con acceso a informes secretos.
Assange dijo que "hay que resistir" los intentos de secretismo de Washington tras afirmar en la conferencia de prensa que "la primera víctima de la guerra es la verdad" y que los ataques contra ella preceden, continúan durante el conflicto y prosiguen una vez oficialmente acabado, como está pasando con Irak.
Preguntado por la BBC por qué se ha atribuido ese rol de denuncia, el fundador de Wikileaks dijo que él tiene que hacerlo porque otros no lo hacen.
La verdad debería hacerse siempre pública, pero "ése no es el mundo en que vivimos y mientras tanto hacemos lo que podemos", dijo Assange, que atribuyó todo el crédito no a su organización, "sino al individuo o individuos" que filtraron los documentos a Wikileaks.
Assange explicó por otro lado que en todo momento los colaboradores de Wikileaks han cuidado de no poner en peligro a nadie, revelando su nombre, y rechazó por mendaces las acusaciones en sentido contrario tanto del Pentágono como de la secretaria de Estado, Hillary Clinton.
Tras la publicación, hace unos meses, por Wikileaks de otros documentos secretos sobre Afganistán, "no ha habido nadie necesitado de protección" especial, contrariamente a lo afirmado por el Pentágono, dijo Assange, que aconsejó tener cuidado con las acusaciones de "organizaciones que no son creíbles".
A la conferencia de prensa asistió el estadounidense Daniel Ellsberg, el ex analista militar de la Rand Corporation que en 1971 filtró a la prensa los famosos papeles del Pentágono, un estudio ultrasecreto que reveló cómo el presidente Lyndon B. Johnson había mentido al Congreso y al pueblo norteamericanos sobre la guerra de Vietnam.
Ellsberg felicitó a Assange e invitó a su organización a seguir su labor tras comparar lo que hace ésta ahora con lo que supuso en su día la filtración de los documentos del Pentágono al New York Times.
Entonces, el Gobierno de Richard Nixon demandó al diario neoyorquino por poner en peligro la seguridad nacional y un tribunal de apelaciones ordenó detener su divulgación.
Ello no impidió que Ellsberg ofreciese los papeles del Pentágono a otros diarios, que siguieron publicando el contenido de las filtraciones. EFE
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