La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Jiang Yu, criticó al primer ministro británico, Gordon Brown, quien condenó la muerte de Akmal Shaikh.
El Gobierno chino guardó silencio ante la ejecución del ciudadano británico Akmal Shaikh y criticó al primer ministro británico, Gordon Brown, por expresar públicamente su condena ante este hecho.
La portavoz de turno del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Jiang Yu, se negó siquiera a confirmar la ejecución en la rueda de prensa y señaló que toda información sobre el tema ha de ser emitida por las autoridades judiciales de la región de Xinjiang (donde se produjo ésta, según el Gobierno de Reino Unido).
Tampoco la agencia oficial Xinhua ha emitido información sobre la ejecución, mientras que las autoridades a las que aludió Jiang, con las que intentó contactar Efe por vía telefónica, no están disponibles.
Jiang, por otro lado, lamentó las palabras de condena del primer ministro británico, Gordon Brown, en un comunicado pocos minutos después de la ejecución.
China "expresa su fuerte disgusto por las acusaciones de Brown", "no admite interferencias en su sistema judicial" y "desea que esto no afecte a las relaciones bilaterales", afirmó la portavoz.
"Me siento horrorizado y decepcionado por no haberse atendido nuestra persistente petición de clemencia", subrayó el jefe del Gobierno británico en su comunicado, en el que condenó la ejecución de Akmal Shaikh "en los términos más rotundos".
La portavoz china no comentó la ejecución pero sí el proceso judicial anterior y reiteró que Shaikh, condenado a muerte por posesión de cuatro kilos de heroína, fue juzgado "de acuerdo con las leyes chinas" y sus derechos fueron "completamente protegidos".
También afirmó que los crímenes relacionados con las drogas son "un grave crimen, según reconoce todo el mundo", y destacó que China "trata por igual a los ciudadanos de todas las nacionalidades" a la hora de aplicar justicia.
La portavoz subrayó de nuevo que Pekín espera que la polémica "no cree obstáculos en las relaciones entre China y Reino Unido", confió en que Londres "afronte el caso con claridad" y matizó que la ejecución "no tiene que ver con otros asuntos" bilaterales.
Esta última afirmación fue en respuesta a la pregunta de si las recientes acusaciones por parte del Gobierno británico de que China "secuestró" la Cumbre del Cambio Climático en Copenhague podrían haber pesado para que Pekín no haya cedido a las presiones del Gobierno de Brown.
Shaikh, condenado a muerte en 2008, fue ejecutado hoy a las 10.30 hora local (02.30 GMT), con lo que se convirtió en el primer europeo al que se aplica la pena capital en casi 60 años en el país asiático.
China es el país que más condenas a muerte dicta en el mundo, y aunque la cifra oficial no se conoce (es considerada secreto de Estado por Pekín) se calcula que representa un 70 por ciento del total mundial. EFE
La portavoz de turno del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Jiang Yu, se negó siquiera a confirmar la ejecución en la rueda de prensa y señaló que toda información sobre el tema ha de ser emitida por las autoridades judiciales de la región de Xinjiang (donde se produjo ésta, según el Gobierno de Reino Unido).
Tampoco la agencia oficial Xinhua ha emitido información sobre la ejecución, mientras que las autoridades a las que aludió Jiang, con las que intentó contactar Efe por vía telefónica, no están disponibles.
Jiang, por otro lado, lamentó las palabras de condena del primer ministro británico, Gordon Brown, en un comunicado pocos minutos después de la ejecución.
China "expresa su fuerte disgusto por las acusaciones de Brown", "no admite interferencias en su sistema judicial" y "desea que esto no afecte a las relaciones bilaterales", afirmó la portavoz.
"Me siento horrorizado y decepcionado por no haberse atendido nuestra persistente petición de clemencia", subrayó el jefe del Gobierno británico en su comunicado, en el que condenó la ejecución de Akmal Shaikh "en los términos más rotundos".
La portavoz china no comentó la ejecución pero sí el proceso judicial anterior y reiteró que Shaikh, condenado a muerte por posesión de cuatro kilos de heroína, fue juzgado "de acuerdo con las leyes chinas" y sus derechos fueron "completamente protegidos".
También afirmó que los crímenes relacionados con las drogas son "un grave crimen, según reconoce todo el mundo", y destacó que China "trata por igual a los ciudadanos de todas las nacionalidades" a la hora de aplicar justicia.
La portavoz subrayó de nuevo que Pekín espera que la polémica "no cree obstáculos en las relaciones entre China y Reino Unido", confió en que Londres "afronte el caso con claridad" y matizó que la ejecución "no tiene que ver con otros asuntos" bilaterales.
Esta última afirmación fue en respuesta a la pregunta de si las recientes acusaciones por parte del Gobierno británico de que China "secuestró" la Cumbre del Cambio Climático en Copenhague podrían haber pesado para que Pekín no haya cedido a las presiones del Gobierno de Brown.
Shaikh, condenado a muerte en 2008, fue ejecutado hoy a las 10.30 hora local (02.30 GMT), con lo que se convirtió en el primer europeo al que se aplica la pena capital en casi 60 años en el país asiático.
China es el país que más condenas a muerte dicta en el mundo, y aunque la cifra oficial no se conoce (es considerada secreto de Estado por Pekín) se calcula que representa un 70 por ciento del total mundial. EFE
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