Inundaciones, sequías, terremotos y los conflictos armados son algunas de las causas de la extrema pobreza y hambruna en la región africana.
La situación extrema de hambruna, que ha sido declarada hoy por la ONU en el sur de Somalia, no se había producido en este país desde hace trece años, la última vivida en 1999.
Una situación de hambruna se da en un país o zona geográfica cuando no hay suficientes alimentos, ni asistencia, ni recursos para proveer de alimentos a la población, afectada por elevados índices de mortalidad debido al hambre y a la desnutrición.
La desnutrición dificulta el desarrollo físico e intelectual de las personas, debilita el sistema inmunológico, lo hace más vulnerable ante enfermedades e infecciones, y afecta especialmente a mujeres y niños.
Los principales grupos de riesgo, amenazados por el hambre o la inanición, son las poblaciones pobres, que habitan tanto en el medio rural como en el urbano, y las víctimas de las catástrofes, cómo inundaciones, sequías, terremotos y demás desastres naturales, así como los conflictos armados.
Según el Programa Mundial de Alimentos de la FAO, en el mundo hay cerca de 925 millones de personas con hambre, una cifra superior a la suma de las poblaciones de EEUU, Canadá y la Unión Europea.
El 65 por ciento de las personas con hambre en el mundo viven sólo en siete países, Etiopía, India, China, la República Democrática del Congo, Bangladesh, Indonesia y Pakistán.
Según datos de la ONU, en 2010 unos once millones de personas que viven en la zona del llamado "Cuerno de África" necesitaban alimentos, debido a las sequías registradas a lo largo de los años.
Los países más perjudicados son Kenia, con unos 3,2 millones de afectados por la sequía, los mismos que en Etiopía, unos 2,6 en Somalia y otros 117.000 en Yibuti.
En la Cumbre de la Alimentación, celebrada por la FAO en 1996, se adoptó la Declaración de Roma, que compromete a la comunidad internacional a rebajar para el año 2015 de 800 a 400 millones el número de hambrientos en el mundo.
Posteriormente, en la Cumbre del Milenio en la ONU (2000), la Cumbre contra el hambre y la pobreza (2004), o en la Mundial sobre Seguridad Alimentaria (2009) también se han adoptado medidas para erradicar el hambre del mundo.
Según la FAO, después de algunos éxitos en la reducción del hambre en el mundo, la desnutrición aumentó de forma continua entre 1995-1997 y en 2009 ha habido un repunte importante, tras la crisis económica.
Entre las grandes hambrunas que han afectado a la población mundial, a lo largo de la historia, destacan las registradas en La India colonial, entre 1769 y 1770, que supusieron la muerte de unos 10 millones de personas (una tercera parte de la población).
En Irlanda, en la década de 1840, el hambre a causa de una enfermedad que redujo la producción de patata, alimento básico del país, provocó que más de 1,6 millones de irlandeses emigraran, sobretodo a Estados Unidos.
En 1943, otra hambruna desastrosa en Bengala (India) mató a más de 1 millón de personas y afectó a 60 millones de personas.
Entre 1958 y 1961, en China más de 15 millones de personas fallecieron a causa de la inanición resultante de sequías e inundaciones, agravadas por el caos económico y político.
En 1966 y 1967, hubo una grave hambruna en Bihar (India).
La guerra de Biafra (Nigeria), entre 1968 y 1970, hundió al país en el hambre y la miseria.
Entre 1968 y 1973 la hambruna afectó a la zona de El Sahel, especialmente en el Chad, Malí, Mauritania, Nigeria, Senegal y el Volta Superior, actual Burkina Faso.
En Etiopía, la sequía de 1984 agravó la situación de una zona afectada por el hambre ocasionando la muerte de un millón de personas.
En la década de los noventa, en Angola, Liberia, Mozambique y el sur del Sudán, los disturbios civiles agravaron la desnutrición y las muertes por hambruna.
En Ruanda se incrementaron las muertes por inanición y por los brotes de cólera y disentería entre los refugiados que escaparon a Zaire en 1994.
La guerra civil en la ex Yugoslavia provocó graves carencias de alimentos entre la población, especialmente en Bosnia.
En Somalia, los conflictos y la sequía de 1992-93 provocaron una hambruna que acabó con unas 300.000 vidas humanas y años más tarde, en 1999 la fuerte sequía provocó la muerte de cerca de un millón de personas.
En 1995, la ONU advirtió de la falta de alimentos en Níger.
Posteriormente, en agosto de 2005 la ONU alertó de que 1,2 millones de personas estaban amenazadas por el hambre en Malí.
En 2009 se cuadruplicó el número de personas que padecen hambre en el sur de Sudán, pasando de un millón contabilizado a principios de ese año hasta los 4,3 millones de principios de 2010, debido a la sequía y a los conflictos que vive el país.
-EFE
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