El director del Instituto de Virología de la Universidad de Bonn explicó que, no obstante, las medidas de confinamiento tomadas en un inicio fueron importantes para tener tiempo para “entender al virus”.
El reconocido virólogo alemán Hendrik Streeck, director del Instituto de Virología de la Uinversidad de Bonn, lideró el estudio de campo más importante sobre la COVID-19 en Alemania. Su equipo realizó, entre marzo y abril, diferentes pruebas y entrevistas a una muestra de 919 personas en el estado de Renania del Norte, uno de los principales focos de contagio en el país.
De la investigación, Streeck ha podido llegar a interesantes conclusiones sobre la evolución del virus y su mortalidad. Un dato relevante es que la cifra de contagiados puede ser cinco veces mayor a la oficial y que la letalidad es mucho menor (una décima parte) de lo que se creía al inicio de la pandemia.
Para el virólogo, el coronavirus es una enfermedad que tiene que ser tomada muy seriamente, por lo que considera que las medidas iniciales de confinamiento fueron “muy importantes”, ya que los países necesitaban tiempo para “entender al virus” y descubrir la mejor manera de controlarlo y reaccionar ante él.
“Particularmente creo que en ese sentido fueron importantes las cancelaciones de eventos masivos. Ahora, una tasa de letalidad del 0,37% o del 0,4% es bastante más alta que la de la gripe estacional, por ejemplo, que está en torno al 0,1 por ciento. Pero, al mismo tiempo, es bastante menos mortífero de lo que creíamos y temíamos al comienzo por las imágenes que veíamos. Y ahora que se están tomando medidas higiénicas espero que la letalidad baje aún más y que tengamos aún más cantidad de casos asintomáticos como consecuencia de una carga viral menor”, señaló en una entrevista a Infobae.
¿El virus se está “debilitando”, como afirman algunos virólogos italianos?
¿Es cierto que la carga viral de la COVID-19 en los pacientes está disminuyendo? Para el virólogo alemán, es posible que el virus mute y se vuelva menos virulento; sin embargo, asegura que no existen investigaciones científicas que demuestren esta afirmación.
“Lo que sí estamos viendo, aunque aún no tenemos datos, es un incremento en los casos asintomáticos. Especulando, esto podría relacionarse con el curso de la infección. Como la gente respeta el distanciamiento social, toma medidas de higiene y usa máscaras faciales, cuando se contagia, recibe solo unas pocas partículas del virus, y esto puede llevar a un curso asintomático”, explicó.
Precisamente con respecto a los pacientes asintomáticos, el virólogo señaló que la tasa de individuos con esta característica y que no saben cómo se contagiaron es más alta.
“En Gangelt descubrimos que una de cada cinco infecciones son asintomáticas, pero hay reportes de otras ciudades que hablan de un 43% y en Australia hubo un crucero en el que el 80% no tenía síntomas”, aseguró.
Este factor es muy importante para el investigador, ya que se relaciona con cómo se propagó el contagio sin que la persona pueda darse cuenta. Según el estudio que lideró, el 15% de la población alemana estuvo en algún momento infectada; sin embargo, antes se creía que solo el 3% se había contagiado.
¿Existen los superprogragadores del virus?
Streeck estima que el 10% de los infectados con COVID-19 pueden haber desencadenado el 80% de los contagios; no obstante, recalca que aún no se sabe qué hace de un individuo un “superpropagador”, solo que los focos infecciosos “parecen ser muy altos en este virus”.
“De los brotes que tuvimos, al menos en Europa, aunque también hubo casos en América del Norte y del Sur, se puede ver que siempre se remontan a eventos singulares. Tenemos el bar en el centro de esquí de Ischgl (en Austria), un club nocturno en Berlín, el carnaval en nuestra área, y en Bérgamo (Italia) hubo un partido de fútbol en el que uno o unos pocos superpropagadores difundieron el virus. No es que pasa de una persona, a otra persona, a otra persona de manera pareja, de modo que un individuo contagia a tres. Si fuera así, veríamos un incremento constante y no es lo que sucede”, indicó.
Sobre la inmunidad
¿Se vuelven inmunes al coronavirus aquellos que se recuperan la enfermedad? El investigador señala que el virus se va entendiendo a medida que se va conociendo, por lo que aún no se ha podido estudiar la inmunidad en su país; sin embargo, tiene conocimiento de otros tipos de coronavirus que suelen aparecer el invierno y otoño, y que causan una enfermedad similar a la gripe.
Estaríamos hablando de los virus OC43 y NL63, que provocan los típicos resfriados que padecemos en el invierno. “Sabemos que para esos virus es posible desarrollar inmunidad por unos dos años, quizás más, quizás menos, y es posible volver a infectarse. Pero la reinfección no es tan severa como la infección inicial. Aunque no sabemos cómo se va a comportar el SARS-CoV-2, podemos asumir que va a ser bastante parecido en términos de inmunidad por el tipo de virus que es”, acota.
Ahora, el virólogo también cree que es posible que haya un nivel de “reactividad cruzada”, esto quiero decir que, si tuviste una infección previa con otra cepa de coronavirus, es posible que si lo contraes tengas síntomas más leves o seas asintomático.
“En particular, no la inmunidad a través de los anticuerpos, que proviene de haberse contagiado el virus, sino a través de las células T, que reconocen células infectadas y las matan. Es más probable que puedan hacer un reconocimiento cruzado de esas células. Hay estudios que sugieren que esa capa de inmunidad puede prevenir que la enfermedad sea más severa y que algunos individuos tienen un nivel de protección contra un curso más severo del COVID-19”, explica.
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