El atentado, contra un centro de reclutamiento del ejército en el centro de la capital iraquí, coincide con un momento de crisis política y se produce en pleno Ramadán.
Al menos 59 personas murieron el martes en un atentado suicida en Bagdad que tuvo como blanco al ejército iraquí, en el ataque más sangriento del año, a sólo dos semanas de que concluya la misión de combate de las fuerzas estadounidenses en este país.
El atentado, contra un centro de reclutamiento del ejército en el centro de la capital iraquí, coincide con un momento de crisis política y se produce en pleno Ramadán, el mes sagrado del ayuno musulmán, caracterizado desde hace años por un recrudecimiento de la violencia.
La morgue de Bagdad recibió 59 cadáveres y el centro médico más cercano al lugar de la explosión ingresó a 125 heridos, indicaron responsables médicos.
Hacia las 07H30 locales (04H30 GMT), un suicida detonó su chaqueta llena de explosivos tras haberse introducido entre los reclutas que esperaban frente al antiguo edificio del ministerio de Defensa, actual comandancia de las fuerzas de seguridad, en Bab al Muazam, en el centro de Bagdad, según fuentes de los ministerios del Interior y de Defensa.
Entre las víctimas también figuran algunos soldados que vigilaban el lugar, indicó un funcionario del ministerio del Interior.
"No sé cómo pudo entrar el suicida, porque había que pasar un control electrónico y un registro corporal. Debió de esconderse desde ayer por la noche", dijo a la AFP Ahmad Kazem, de 19 años, que salió ileso del atentado.
Según Kazem, el miércoles concluía una semana de reclutamiento y había una gran afluencia.
Los reclutas estaban reunidos en la plaza Midan, a unos 50 metros del centro, en un sector controlado por el ejército.
"Después de la explosión, todo el mundo huía en todas las direcciones y los soldados disparaban al aire. Vi a gente yaciendo, con el cuerpo quemado o ensangrentado", añadió.
El balance de muertos es el más alto en un solo ataque desde el comienzo del año.
El atentado se produce a sólo dos semanas del fin oficial de la misión de combate del ejército estadounidense en Irak.
Los 50.000 militares estadounidenses que permanecerán se dedicarán, a partir de 1º de septiembre, a entrenar a las fuerzas de seguridad iraquíes hasta fines de 2011, cuando deberán partir del país en virtud de un acuerdo bilateral.
Estados Unidos encabezó en 2003 una invasión que derrocó al presidente Saddam Hussein.
La partida programada de los soldados estadounidenses preocupa a las alta jerarquía militar iraquí.
El general Babaker Zebari, jefe de Estado Mayor, la consideró prematura, destacando que su ejército, compuesto por 200.000 hombres, no será capaz de asegurar su misión plenamente antes de 2020.
El atentado contra el ejército se produce además en pleno bloqueo político, al día siguiente de que las dos principales formaciones iraquíes rompieran sus negociaciones para formar un nuevo gobierno.
El Bloque Iraquí del ex primer ministro laico Iyad Allawi, la formación más votada en las elecciones legislativas del 7 de marzo, decidió romper las negociaciones con la Alianza del Estado de Derecho del jefe de gobierno saliente Nuri al Maliki, para protestar por unas declaraciones hechas por éste a la prensa.
Estados Unidos ha estado presionando en vano para que los dirigentes iraquíes dejen de lado sus ambiciones y formen un gobierno que integre todas las tendencias, con el objetivo de evitar el riesgo de un regreso a la violencia confesional.
Por otro lado, este martes se produjeron otros atentados, sin víctimas mortales.
El presidente de la Corte de Apelación, Kamal Jaber Bandar, y su chófer resultaron heridos por una bomba colocada junto a la carretera en Yarmuk (oeste), según la policía.
En Baladruz, a 75 km al noreste de la capital, otros tres jueces resultaron heridos por una bomba, según la misma fuente.
AFP
El atentado, contra un centro de reclutamiento del ejército en el centro de la capital iraquí, coincide con un momento de crisis política y se produce en pleno Ramadán, el mes sagrado del ayuno musulmán, caracterizado desde hace años por un recrudecimiento de la violencia.
La morgue de Bagdad recibió 59 cadáveres y el centro médico más cercano al lugar de la explosión ingresó a 125 heridos, indicaron responsables médicos.
Hacia las 07H30 locales (04H30 GMT), un suicida detonó su chaqueta llena de explosivos tras haberse introducido entre los reclutas que esperaban frente al antiguo edificio del ministerio de Defensa, actual comandancia de las fuerzas de seguridad, en Bab al Muazam, en el centro de Bagdad, según fuentes de los ministerios del Interior y de Defensa.
Entre las víctimas también figuran algunos soldados que vigilaban el lugar, indicó un funcionario del ministerio del Interior.
"No sé cómo pudo entrar el suicida, porque había que pasar un control electrónico y un registro corporal. Debió de esconderse desde ayer por la noche", dijo a la AFP Ahmad Kazem, de 19 años, que salió ileso del atentado.
Según Kazem, el miércoles concluía una semana de reclutamiento y había una gran afluencia.
Los reclutas estaban reunidos en la plaza Midan, a unos 50 metros del centro, en un sector controlado por el ejército.
"Después de la explosión, todo el mundo huía en todas las direcciones y los soldados disparaban al aire. Vi a gente yaciendo, con el cuerpo quemado o ensangrentado", añadió.
El balance de muertos es el más alto en un solo ataque desde el comienzo del año.
El atentado se produce a sólo dos semanas del fin oficial de la misión de combate del ejército estadounidense en Irak.
Los 50.000 militares estadounidenses que permanecerán se dedicarán, a partir de 1º de septiembre, a entrenar a las fuerzas de seguridad iraquíes hasta fines de 2011, cuando deberán partir del país en virtud de un acuerdo bilateral.
Estados Unidos encabezó en 2003 una invasión que derrocó al presidente Saddam Hussein.
La partida programada de los soldados estadounidenses preocupa a las alta jerarquía militar iraquí.
El general Babaker Zebari, jefe de Estado Mayor, la consideró prematura, destacando que su ejército, compuesto por 200.000 hombres, no será capaz de asegurar su misión plenamente antes de 2020.
El atentado contra el ejército se produce además en pleno bloqueo político, al día siguiente de que las dos principales formaciones iraquíes rompieran sus negociaciones para formar un nuevo gobierno.
El Bloque Iraquí del ex primer ministro laico Iyad Allawi, la formación más votada en las elecciones legislativas del 7 de marzo, decidió romper las negociaciones con la Alianza del Estado de Derecho del jefe de gobierno saliente Nuri al Maliki, para protestar por unas declaraciones hechas por éste a la prensa.
Estados Unidos ha estado presionando en vano para que los dirigentes iraquíes dejen de lado sus ambiciones y formen un gobierno que integre todas las tendencias, con el objetivo de evitar el riesgo de un regreso a la violencia confesional.
Por otro lado, este martes se produjeron otros atentados, sin víctimas mortales.
El presidente de la Corte de Apelación, Kamal Jaber Bandar, y su chófer resultaron heridos por una bomba colocada junto a la carretera en Yarmuk (oeste), según la policía.
En Baladruz, a 75 km al noreste de la capital, otros tres jueces resultaron heridos por una bomba, según la misma fuente.
AFP
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