Estos programas han sido duramente criticados por muchos países que los consideran pesca comercial encubierta.
Japón inaugura este viernes su campaña de primavera de pesca de cetáceos en el Pacífico norte con objetivos científicos, cuya magnitud ha decidido reducir después de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sancionara sus operaciones en la Antártida.
La flota japonesa, compuesta por cuatro balleneros, abandonará el puerto de Ayukawa en la localidad de Ishinomaki (noreste de Japón) con el objetivo de pescar un máximo de 51 rorcuales en un área de unos 80 kilómetros en torno al estuario.
El objetivo, según el programa de la Agencia de Pesca nipona, es estudiar el contenido del estómago y otras facetas de los ejemplares capturados.
En marzo del año pasado, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) dictaminó que el otro programa científico japonés de pesca de ballenas, el que tiene lugar en el océano Antártico, no era legal al no ajustarse a los "fines científicos" exigidos por la legislación internacional para poder llevar a cabo este tipo de prácticas.
Después de que el tribunal ordenara a Tokio revocar los permisos para su campaña antártica, las autoridades japonesas prepararon una propuesta para reducir en dos tercios el volumen de sus capturas en esa zona y al tiempo recortaron sus operaciones en el Pacífico norte.
Japón, que firmó la moratoria total de las capturas con fines comerciales de ballenas que entró en vigor en 1986, emprendió al año siguiente programas de capturas científicas defendiendo que están amparadas por el artículo VIII de la Convención de 1946 de la Comisión Ballenera Internacional (CBI).
Sin embargo, estos programas han sido duramente criticados por muchos países que los consideran pesca comercial encubierta, dado que la carne de los especímenes capturados y estudiados es posteriormente vendida.
Está previsto que la campaña de primavera en el Pacífico norte dure este año hasta el 26 de mayo.
La de otoño tiene lugar normalmente entre septiembre y octubre con base en el puerto de Kushiro, en la isla de Hokkaido (norte del país).
EFE
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