El jeque afirmaba a inicios del mes que la crisis detendría los proyectos en Dubai. Dos semanas más tardes, el emirato expresó su intención de pedir una moratoria.
Arquitecto del desarrollo fenomenal de esta ciudad-emirato del Golfo, afectada ahora por dificultades para pagar sus deudas, el soberano de Dubai, jeque Mohammad Ben Rached Al-Maktum, está presionado por la crisis mundial cuyo impacto siempre relativizó.
Vice-presidente y Primer ministro, pero también ministro de Defensa de la federación de los Emiratos Arabes Unidos, de la que Dubai es uno de las siete componentes, jeque Mohammad afirmaba el 9 de noviembre que la crisis económica no podrá "disuadir a Dubai de realizar sus proyectos de desarrollo".
Dos semanas más tarde, el emirato anunciaba su intención de pedir a los acreedores de su conglomerado Dubai World una moratoria de por lo menos seis meses sobre la deuda a pagar en diciembre.
Este anuncio sacudió a los mercados bursátiles en el mundo, inquietos por la solvencia del emirato, que tiene una deuda pública calculada en 2008 en 80.000 millones de dólares, de los que 59.000 millones corresponden a Dubai World.
Jeque Mohammad, cuyas ambiciones parecían no tener límite, admitía apenas el impacto de la crisis: "No hemos detenido proyectos, sólo vamos a retardar algunos".
El plan de desarrollo de 10 años anunciado en 2000 por Dubai "fue realizado en la mitad del tiempo", dijo con orgullo en 2007 para subrayar el ritmo asombroso del crecimiento económico del emirato, fruto de una estrategia de desarrollo lanzada hace unos veinte años.
De 60 años de edad, jeque Mohammad se convirtió en soberano de Dubai en enero de 2006 tras la muerte de su hermano mayor, jeque Maktum ben Rached Al-Maktum, pero era el hombre fuerte del emirato desde los años 1980.
Su decisión más crucial fue, en 1985, dotar al emirato de una compañía aérea, Emirates, centro de su estrategia de desarrollo.
Los años siguientes vieron el lanzamiento de muchos proyectos turísticos de lujo y diversas zonas francas, que contribuyeron a hacer de la ciudad un centro de negocios y del sector turístico de primer plano.
Ambiciona convertirse también en un centro financiero.
Con el impulso de jeque Mohammad, Dubai, que tiene 1,4 millones de habitantes, de los que los nacionales son sólo una minoría (menos del 20%) como en el resto de los Emiratos, quiere convertirse en un modelo de coexistencia y tolerancia en los planos racial y religioso.
Los residentes extranjeros no musulmanes pueden practicar libremente su religión en el emirato, que tiene varias iglesias.
Pero esta libertad tiene límites muy claros, pues el proselitismo para otras religiones diferentes al islam sigue prohibido.
Como primer ministro de los Emiratos, jeque Mohammad inició una tímida apertura política con la organziación en diciembre de 2006 de unas elecciones legislativas parciales e indirectas en ese país donde ni los partidos ni los sindicatos están autorizados.
Nacido en 1949 en Dubai, jeque Mohammad, quien fue formado en una escuela militar británica, comenzó su carrera pública en 1968 como director de la Seguridad pública y de la Policía del emirato, entonces protectorado británico.
Este apasionado de los caballos, que participa con frecuencia en actividades ecuestres, ama también la poesía.
Está casado con la princesa Haya de Jordania, hija del fallecido rey Hussein. AFP
Vice-presidente y Primer ministro, pero también ministro de Defensa de la federación de los Emiratos Arabes Unidos, de la que Dubai es uno de las siete componentes, jeque Mohammad afirmaba el 9 de noviembre que la crisis económica no podrá "disuadir a Dubai de realizar sus proyectos de desarrollo".
Dos semanas más tarde, el emirato anunciaba su intención de pedir a los acreedores de su conglomerado Dubai World una moratoria de por lo menos seis meses sobre la deuda a pagar en diciembre.
Este anuncio sacudió a los mercados bursátiles en el mundo, inquietos por la solvencia del emirato, que tiene una deuda pública calculada en 2008 en 80.000 millones de dólares, de los que 59.000 millones corresponden a Dubai World.
Jeque Mohammad, cuyas ambiciones parecían no tener límite, admitía apenas el impacto de la crisis: "No hemos detenido proyectos, sólo vamos a retardar algunos".
El plan de desarrollo de 10 años anunciado en 2000 por Dubai "fue realizado en la mitad del tiempo", dijo con orgullo en 2007 para subrayar el ritmo asombroso del crecimiento económico del emirato, fruto de una estrategia de desarrollo lanzada hace unos veinte años.
De 60 años de edad, jeque Mohammad se convirtió en soberano de Dubai en enero de 2006 tras la muerte de su hermano mayor, jeque Maktum ben Rached Al-Maktum, pero era el hombre fuerte del emirato desde los años 1980.
Su decisión más crucial fue, en 1985, dotar al emirato de una compañía aérea, Emirates, centro de su estrategia de desarrollo.
Los años siguientes vieron el lanzamiento de muchos proyectos turísticos de lujo y diversas zonas francas, que contribuyeron a hacer de la ciudad un centro de negocios y del sector turístico de primer plano.
Ambiciona convertirse también en un centro financiero.
Con el impulso de jeque Mohammad, Dubai, que tiene 1,4 millones de habitantes, de los que los nacionales son sólo una minoría (menos del 20%) como en el resto de los Emiratos, quiere convertirse en un modelo de coexistencia y tolerancia en los planos racial y religioso.
Los residentes extranjeros no musulmanes pueden practicar libremente su religión en el emirato, que tiene varias iglesias.
Pero esta libertad tiene límites muy claros, pues el proselitismo para otras religiones diferentes al islam sigue prohibido.
Como primer ministro de los Emiratos, jeque Mohammad inició una tímida apertura política con la organziación en diciembre de 2006 de unas elecciones legislativas parciales e indirectas en ese país donde ni los partidos ni los sindicatos están autorizados.
Nacido en 1949 en Dubai, jeque Mohammad, quien fue formado en una escuela militar británica, comenzó su carrera pública en 1968 como director de la Seguridad pública y de la Policía del emirato, entonces protectorado británico.
Este apasionado de los caballos, que participa con frecuencia en actividades ecuestres, ama también la poesía.
Está casado con la princesa Haya de Jordania, hija del fallecido rey Hussein. AFP
Comparte esta noticia