El expresidente uruguayo criticó las grandes desigualdades económicas. "Esto pasa por el secuestro de las grandes decisiones políticas a que se ven sometidos muchos gobiernos”, dice.
El expresidente uruguayo y senador José Mujica alertó de la enorme concentración de la riqueza en pocas manos y su impacto en la democracia. “[La democracia actual] desdibuja lo esencial de su concepción de igualdad por la brutal concentración de la riqueza a la que nos somete el capitalismo globalizador. Por un lado, la explosión financiera y por el otro las cadenas de multinacionales que recorren haciendo lobby por todos los Estados del mundo. Se apropian de las coordenadas comerciales, influyen en las decisiones de los gobiernos. La soberanía nacional paulatinamente se acota”, dijo.
Concentración de riqueza. “Se suscriben tratados que acotan los salarios. Millones de trabajadores están ganando los mismos que ganaban sus abuelos a pesar de que los PBIs (producto bruto interno) de muchas naciones crecieron explosivamente. Sin embargo, mucho más ha crecido la concentración de riqueza y ese es el factor que está explicando que un solo señor tenga siete puntos del PBI de un país como México, que 85 personas tengan la friolera de la misma riqueza que 3,000 millones de habitante del planeta, pero todavía lo peor es la tendencia: esos 85 señores han podido acumular a lo largo de un año, por día, 700 millones de dólares que se suman a sus respectivos patrimonios. Todo esto pasa por el secuestro de las grandes decisiones políticas a que se ven sometidos muchos gobiernos y organismos internacionales”, explica en su videocolumna quincenal en Deutsche Welle (DW) que lleva el título “Conciencia Sur: el mundo según Pepe Mujica”.
¿Funcionan los gobiernos? “Esto ha hecho que las grandes mayorías entiendan que los gobiernos no funcionan para su padecimiento. La pregunta que nos surge y que todos tenemos que hacernos: ¿Estamos caminando hacia un mundo donde una plutocracia se está haciendo cargo de las decisiones fundamentales y la independencia y la soberanía se transforman en una reliquia? ¿O acaso esta falta de que la economía atienda las necesidades imperiosas de las grandes masas creando por crisis de reparto impotencia de consumir, de demanda, desemboca en totalitarismos de carácter nacionalista? Están sobrando síntomas en el mundo. Basta ver algunos discursos de la campaña electoral de estados Unidos, Francia, etc. Cualquiera de estas opciones son un jaque para la democracia”.
Felicidad y esperanza. “Tenemos que tener en cuenta que no solo necesitamos crecimiento económico. Necesitamos felicidad, porque nuestra vida se va, necesitamos esperanza, necesitamos amor. Pero, ¿cómo tener confianza en los gobiernos y en los pueblos cuando el sentimiento de igualdad que nos colocó la naturaleza lo están haciendo pedazos? La igualdad de la que hablo es igualdad de oportunidades. No igualdad de ladrillo”.


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