La reina Isabel II, la monarca más famosa del mundo, falleció el jueves a los 96 años en su castillo escocés de Balmoral, con su familia a su lado. Su hijo mayor, el príncipe Carlos, se convirtió automáticamente en nuevo monarca.
La reina Isabel II, jefa de Estado del Reino Unido y 14 países de la Commonwealth, falleció el jueves a los 96 años tras siete décadas de reinado en los que capeó numerosas crisis de una monarquía que ahora abre un nuevo capítulo. Su hijo Carlos, de 73 años, se convirtió automáticamente en el nuevo monarca.
"La reina murió en paz en Balmoral esta tarde. El rey y la reina consorte permanecerán en Balmoral esta noche y regresarán a Londres mañana", informó el Palacio de Buckingham en un comunicado
El deterioro de la salud de Isabel II se aceleró en los últimos días. El martes había recibido al primer ministro dimisionario, Boris Johnson, y a su sucesora, Liz Truss, en su castillo escocés de Balmoral, renunciando por primera vez en su largo mandato a celebrar este acto protocolario en Londres, para evitar un viaje de 800 km.
Dos días después, la casa real anunciaba que sus médicos estaban "preocupados por la salud de su majestad y recomendaron que permanezca bajo vigilancia médica" en Balmoral, a donde inmediatamente viajaron su hijos y nietos.
Esto incluyó al príncipe Enrique y su esposa Meghan, que se encontraba en Londres para un acto caritativo, pese a que viven en California desde que en 2020 abandonaron la monarquía británica asestando un duro golpe a la institución.
El viaje a Escocia de la pareja, que no está en los mejores términos con la familia real, agravó la preocupación suscitada por un comunicado de Buckingham ya de por sí inusual.
La salud de la reina, que pese a su avanzada edad mantenía hasta entonces una muy apretada agenda, empezó a preocupar al país cuando el pasado 20 de octubre, tras cancelar un viaje oficial a Irlanda del Norte y "aceptar a regañadientes el consejo médico de guardar reposo", pasó una noche hospitalizada para someterse a unas pruebas médicas cuya naturaleza nunca se precisó.
La noticia solo se conoció cuando, ante una filtración a la prensa, el palacio real tuvo que reconocer que no había estado simplemente descansando como habían hecho creer.
Desde entonces la reina tuvo que renunciar a eventos como la conferencia de la ONU sobre el clima, en noviembre de 2021 (COP26) en Glasgow, sus habituales festejos de Navidad, o el tradicional discurso del trono con que cada año inauguraba la nueva sesión parlamentaria, una de sus funciones constitucionales más importantes que dejó a cargo de Carlos.
La decana de los monarcas
Entregada a su cargo con cuerpo y alma, Isabel II, que consideraba que "eres tan viejo como te sientes", había capeado la pandemia, la devastadora muerte de su marido Felipe -fallecido en abril de 2021 con casi 100 años- y las diversas crisis de la familia real.
Entre ellas, el "Megxit", el exilio de Enrique y Meghan a Estados Unidos, desde donde acusaron a la realeza de ser insolidaria y racista, cuestiones que la soberana prometió tratar "en privado".
También el escándalo protagonizado por Andrés, considerado su hijo favorito, que tuvo que abandonar la vida pública debido a su amistad con el financiero estadounidense Jeffrey Epstein, acusado de explotar sexualmente a menores.
Una de ellas, Virgina Guiffre, afirmó haber sido forzada años antes a mantener relaciones con Andrés y lo demandó por abuso sexual en Estados Unidos, acusaciones que este siempre negó pero que le valieron ser privado por la reina de sus honores militares y de usar el título de Alteza Real.
El caso se zanjó con un multimillonario acuerdo financiero confidencial. Isabel II era la decana de todos los monarcas del mundo y la que más tiempo ocupó el trono británico, al que ascendió el 6 de febrero de 1952.
"Toda mi vida, sea larga o corta, estará dedicada a su servicio y al servicio de nuestro gran país imperial", dijo al cumplir 21 años, en un discurso retransmitido por radio que se interpretó siempre como un manifiesto que excluía la abdicación.
Nacida en Londres el 21 de abril de 1926, "Lilibet", como la llamaba su familia, no estaba inicialmente destinada a ser reina. Pero el rumbo de su vida cambió tras la abdicación, por amor a una estadounidense divorciada, de su tío Eduardo VIII en 1936.
Isabel II accedió al trono con sólo 25 años, al morir su padre, Jorge VI, en febrero de 1952. Pero tuvo que esperar a junio del año siguiente para ser coronada como cuadragésima soberana de Inglaterra desde Guillermo I el Conquistador en 1066, en la primera y única ceremonia de coronación británica televisada hasta ahora.
A partir de ese momento, dedicó su vida de manera incansable a sus obligaciones y visitas oficiales, esencialmente ceremoniales, de jefa de Estado, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, cabeza de la Mancomunidad Británica y jefa de la Iglesia de Inglaterra. AFP
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