El escándalo arruinó su carrera política y provocó la separación de su esposa, enferma de cáncer terminal.
La aventura extramatrimonial del ex senador estadounidense John Edwards parece una saga sin fin e inaugura ahora un nuevo capítulo con la publicación de un libro en el que un ex estrecho colaborador revela embarazosos detalles.
Edwards está en el centro de un escándalo de adulterio que arrancó poco antes de que comenzara la campaña presidencial de 2008, durante la que compitió por la candidatura demócrata.
El escándalo arruinó su carrera política y provocó la separación de su esposa, enferma de cáncer terminal.
El ex senador, quien lo negó todo en un primer momento, reconoció haber tenido un romance con Rielle Hunter y admitió, la semana pasada, ser el padre de su hija de dos años.
El publicitado escándalo dará mañana una nueva vuelta de tuerca con la publicación del libro de su ex asesor Andrew Young, quien adelantó en una entrevista con la cadena ABC que la campaña de Edwards se gastó al menos un millón de dólares en esconder a la amante embarazada.
"Tengo constancia de al menos un millón de dólares y hubo mucho, mucho más", dijo a ABC Young, quien revelará esos y otros detalles en el libro que saldrá mañana a la venta.
"Vivíamos en mansiones. Viajábamos en aviones privados. El dinero no era un problema", afirmó el ex colaborador.
Young dijo en diciembre del 2007 ser el padre de la hija de Hunter, embarazada por aquel entonces, en un intento por mantener en pie la campaña presidencial de Edwards.
La revista sensacionalista National Enquirer fue la primera en revelar el romance del ex senador, tras lo que se desató una larga campaña de desmentidos y una costosa operación, según Young, para retirar a Hunter de la luz pública.
Young sostiene que el presidente financiero de la campaña de Edwards, el fallecido Fred Baron, le dio los fondos para que desapareciera con Hunter.
"Fred me dijo, "Andrew, tengo más dinero del que podré gastar, o sea que gasta lo que haga falta para encargarte de la situación y deja que nos concentremos en hacerlo presidente, vicepresidente o fiscal general"", dijo Young a ABC.
Esas declaraciones se habrían producido justo después de que la revista National Enquirer destapara el escándalo.
Young y su esposa partieron entonces con Hunter en un avión privado hacia un hotel de lujo en Florida.
El ex colaborador mantiene que Edwards sabía hacia dónde se dirigían y cómo se estaba financiando la permanencia.
A esa estancia le siguieron otras similares en hoteles de lujo, así como viajes adicionales en aviones privados y el alquiler de una vivienda por 20.000 dólares al mes en California, donde Hunter dio a luz a su bebé.
Edwards se retiró de la contienda electoral en enero de 2008 poco después del arranque de las elecciones primarias para elegir a los candidatos de cada partido a la presidencia y tras varias derrotas que frustraron sus ambiciones políticas.
El ex senador reconoció en agosto de 2008, en una entrevista con la cadena de televisión ABC, que había tenido un romance.
Edwards conoció a su amante en un bar en Nueva York en 2006.
La campaña del ex senador pagó posteriormente 114.000 dólares a Hunter para que produjera documentales a pesar de su falta de experiencia en ese ámbito.
EFE
Edwards está en el centro de un escándalo de adulterio que arrancó poco antes de que comenzara la campaña presidencial de 2008, durante la que compitió por la candidatura demócrata.
El escándalo arruinó su carrera política y provocó la separación de su esposa, enferma de cáncer terminal.
El ex senador, quien lo negó todo en un primer momento, reconoció haber tenido un romance con Rielle Hunter y admitió, la semana pasada, ser el padre de su hija de dos años.
El publicitado escándalo dará mañana una nueva vuelta de tuerca con la publicación del libro de su ex asesor Andrew Young, quien adelantó en una entrevista con la cadena ABC que la campaña de Edwards se gastó al menos un millón de dólares en esconder a la amante embarazada.
"Tengo constancia de al menos un millón de dólares y hubo mucho, mucho más", dijo a ABC Young, quien revelará esos y otros detalles en el libro que saldrá mañana a la venta.
"Vivíamos en mansiones. Viajábamos en aviones privados. El dinero no era un problema", afirmó el ex colaborador.
Young dijo en diciembre del 2007 ser el padre de la hija de Hunter, embarazada por aquel entonces, en un intento por mantener en pie la campaña presidencial de Edwards.
La revista sensacionalista National Enquirer fue la primera en revelar el romance del ex senador, tras lo que se desató una larga campaña de desmentidos y una costosa operación, según Young, para retirar a Hunter de la luz pública.
Young sostiene que el presidente financiero de la campaña de Edwards, el fallecido Fred Baron, le dio los fondos para que desapareciera con Hunter.
"Fred me dijo, "Andrew, tengo más dinero del que podré gastar, o sea que gasta lo que haga falta para encargarte de la situación y deja que nos concentremos en hacerlo presidente, vicepresidente o fiscal general"", dijo Young a ABC.
Esas declaraciones se habrían producido justo después de que la revista National Enquirer destapara el escándalo.
Young y su esposa partieron entonces con Hunter en un avión privado hacia un hotel de lujo en Florida.
El ex colaborador mantiene que Edwards sabía hacia dónde se dirigían y cómo se estaba financiando la permanencia.
A esa estancia le siguieron otras similares en hoteles de lujo, así como viajes adicionales en aviones privados y el alquiler de una vivienda por 20.000 dólares al mes en California, donde Hunter dio a luz a su bebé.
Edwards se retiró de la contienda electoral en enero de 2008 poco después del arranque de las elecciones primarias para elegir a los candidatos de cada partido a la presidencia y tras varias derrotas que frustraron sus ambiciones políticas.
El ex senador reconoció en agosto de 2008, en una entrevista con la cadena de televisión ABC, que había tenido un romance.
Edwards conoció a su amante en un bar en Nueva York en 2006.
La campaña del ex senador pagó posteriormente 114.000 dólares a Hunter para que produjera documentales a pesar de su falta de experiencia en ese ámbito.
EFE
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