A diferencia de los operarios de Fukushima, estas personas se expusieron a la radiación de la central nuclear soviética sin protección, a fin de evitar una catástrofe mayor.
Cada vez son menos los ‘likvidátor’, aquellos héroes que sirvieron de escudo humano para la radiación al sofocar en mangas de camisa el incendio y tapar las brechas del IV reactor de la central nuclear de Chernóbil hace ya 25 años.
"Los liquidadores son héroes, igual que los veteranos de guerra. Muchos de ellos estuvieron sometidos durante días a altas dosis de radiación, lo que les costó la invalidez y, a la postre, la muerte", aseguró a Efe Viacheslav Grishin, presidente de la Unión Chernóbil de Rusia (UCR).
A diferencia de los operarios de la recién averiada central japonesa de Fukushima, los ‘likvidátor’ (liquidadores) soviéticos no disponían de equipos ignífugos, máscaras, guantes o botas especiales para protegerse de la radiación.
"Liquidadores son las decenas de miles de personas que trabajaron en la zona de exclusión de 30 kilómetros que rodea la central de Chernóbil para salvar al mundo de una catástrofe de grandes dimensiones", dijo.
Grishin aludía a los ingenieros, técnicos de las compañías del sector atómico, militares, policías, civiles y universitarios que fueron movilizados por la Unión Soviética para frenar el avance de la radiación y borrar sus secuelas a golpe, en muchos casos, de pala y rastrillo.
"Unos construyeron el sarcófago, otros se ocuparon de desactivar los edificios adyacentes, otros de limpiar los pueblos de la zona y algunos recibieron como misión el exterminio de toda vida salvaje, desde ratas a conejos, que pudieran transmitir la radiación", añadió.
Uno de ellos fue Víctor Birkún, un bombero ucraniano que trabajó en la planta entre 1976 y 1987, y que murió hace apenas dos meses, a los 61 años de edad, tras una operación a corazón abierto.
-EFE-
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