Son 50 los ingenieros que arriesgando su vida ingresan por turnos a los reactores afectados por el terremoto del último viernes con la misión de regularizar sus núcleos.
De los 800 operarios de la central nuclear de Fukushima solo quedaron 50 ingenieros que intentarán refrigerar los reactores afectados por el sismo del último viernes. Si bien las autoridades niponas evacuaron a los habitantes en un radio de 20 kilómetros, los denominados “liquidadores” permanecen en la zona siniestrada con la misión de bombear agua de mar sobre los tres reactores afectados para mantener sus núcleos en un nivel adecuado.
"Los liquidadores son expertos en el manejo de barras de uranio y plutonio. Sellar una central es parte de su trabajo y saben que les puede tocar hacerlo", explicó a El Mundo el catedrático de Física Aplicada de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), Antonio Ruiz de Elvira.
De más está decir que el trabajo es sumamente peligroso porque estos personajes estarán sometidos a alta radiación a pesar de los trajes aislantes que vestirán. Los neutrones que emiten los reactores afectados por explosiones y posteriores incendios pueden llegar a su ADN.
Regularmente, las plantas nucleares dejan de funcionar una vez al año hasta por dos meses para comprobar que funcionan óptimamente.
"Un grupo de trabajadores se mete en el reactor, en las zonas radiactivas, protegidos con trajes especiales muy resistentes. Saben que la ropa les protege pero también son conscientes de que es un trabajo de mucho riesgo, como muchas otras profesiones", agregó el profesional español.
Esta situación recuerda la labor de los 800 mil “liquidadores” de Chernobil que participaron en la limpieza y construcción de una zanja del reactor accidentado el 26 de abril de 1986. Muchos de ellos murieron. Dicha tragedia considerada la de mayor liberación de radioactividad de la historia contaminó a cerca de cinco millones de personas.
En el caso de los que trabajan en Fukushima se complica porque normalmente los reactores se dejan enfriar antes del ingreso. Sin embargo, aquí la falla provoca que las temperaturas sean muy altas.
"Es un trabajo como el del minero. Se sabe que la vida dura un cierto tiempo y nada más. Hay gente que lo acepta", añadió Ruiz.
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