Un grupo de investigadores de la Universidad de Kioto ha demostrado que los chimpancés poseen una habilidad tan humana como la de bailar espontáneamente cuando escuchan música.
Investigadores de la Universidad de Kioto han demostrado que los chimpancés poseen una habilidad tan humana como la de bailar espontáneamente cuando escuchan música.
La música tiende a hacer que la gente se mueva. Ya sea tocando un ritmo, balanceándose o bailando directamente, la gente responde. Investigaciones anteriores han demostrado que algunos animales, como las cacatúas, también tienden a moverse cuando escuchan música.
En este nuevo esfuerzo, publicado en PNAS, los científicos Yuko Hattori y Masaki Tomonaga se basaron en un informe reciente de chimpancés bailando espontáneamente en una especie de línea de conga. Señalaron que investigaciones anteriores también han encontrado que los chimpancés participan en comportamientos de baile a veces cuando llueve o cuando están cerca de una cascada.
El experimento inicial de los investigadores consistió en tratar de enseñar a una hembra adulta a mantener el ritmo; ese experimento no salió según lo planeado, pero los investigadores notaron que otro chimpancé cercano comenzaba a bailar cada vez que tocaban música. Intrigados, los investigadores tocaron música para un grupo de chimpancés (tres machos adultos y cuatro hembras) y descubrieron que todos los chimpancés respondían a la música moviéndose en forma de baile, aunque el grado en que bailaban variaba mucho entre ellos.
En general, descubrieron que los machos tendían a bailar más que las hembras. También descubrieron que los chimpancés tenían movimientos diferentes: algunos se balanceaban, otros golpeaban las paredes de su recinto y uno incluso golpeaba su pie. También notaron que algunos de los machos ulularon junto con la música.
Para aprender más, los investigadores aislaron a uno de ellos, un macho llamado Akira. Fue elegido porque bailó más entre los que el equipo estaba estudiando. Fue sometido a períodos de música de piano con una nota de bajo repetitiva durante 24 días. También fue sometido a notas aleatorias para averiguar si estaba respondiendo a la música o al ritmo. Los investigadores informan que Akira bailaba siempre que se tocaba música, independientemente de su tempo, y él bailaba igual.
Los investigadores no pudieron explicar por qué la música hacía bailar a los chimpancés, pero sugirieron que estudios adicionales podrían ayudar a aprender sobre la evolución de la danza en los humanos.
Europa Press
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