116 expertos en inteligencia artificial, liderados por el multimillonario Elon Musk, solicitan al organismo mundial que impida el uso de armas autónomas.
Un grupo formado por 116 empresas y expertos de 26 países, liderado por el multimillonario sudafricano Elon Musk, fundador de Tesla y SpaceX, ha firmado una carta dirigida a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la que advierten de los peligros de los llamados "robots asesinos".
Los expertos mundiales en inteligencia artificial hacen hincapié en la posibilidad de una "tercera revolución bélica" con la inminente llegada de robots y equipos no tripulados que podrían elevar las guerras a enfrentamientos con consecuencias imprevisibles.
Las posibles consecuencias. Las mismas empresas que desarrollan algunas de las tecnologías de inteligencia artificial y robótica han levantado la voz al señalar que algunos de sus avances pueden ser reutilizados para desarrollar armas autónomas.
"Una vez desarrolladas [las armas autónomas, que operan sin un militar a bordo], permitirán que conflictos armados se libren a una escala mayor que nunca, y a escalas de tiempo más rápidas de lo que los humanos pueden comprender. Estos pueden ser armas de terror, armas que los déspotas y los terroristas usan contra poblaciones inocentes, y armas hackeadas para comportarse de manera indeseable", señalan en la carta se ha presentado de manera oficial durante la Conferencia Internacional sobre Inteligencia Artificial (IJCAI), que arrancó este lunes en Melbourne (Australia).
Quiénes desarrollan esta nueva industria. Los expertos sostienen que no hay mucho tiempo para actuar y proteger a los civiles del uso indebido de estos nuevos armamentos, como armas láser, y evitar los efectos desestabilizadores de estas tecnologías. "No tenemos mucho tiempo para actuar. Una vez que se abra la caja de Pandora será difícil para cerrarla. Es por eso que anhelamos encontrar una manera de protegernos de estos peligros".
Según Human Rights Watch, más de una docena de países –en particular, Estados Unidos, China, Israel, Corea del Sur, Rusia y Gran Bretaña– están actualmente desarrollando sistemas de armas autónomas. "El uso de tales armas cruzaría un umbral moral. Los riesgos humanitarios y de seguridad superarían cualquier posible beneficio militar".
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