Mandatario brasileño afirmó que con menos de la mitad de lo que se gastó en salvar a los bancos durante crisis financiera sería posible erradicar el hambre del mundo.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó hoy durante la Cumbre Mundial sobre Seguridad Alimentaria de Roma que el hambre parece ser invisible para muchos Gobiernos, que, con menos de la mitad de sus ayudas contra la crisis financiera, podrían solucionar este problema.
"Frente a la amenaza de un colapso financiero internacional, causado por la especulación irresponsable y por la omisión de los estados en la regulación y la fiscalización del sistema, los líderes mundiales no han dudado en gastar cientos y cientos de billones de dólares para salvar la caída de los bancos", dijo Lula.
"Con menos de la mitad de esos recursos, sería posible erradicar el hambre del mundo. La lucha contra el hambre sigue sin embargo prácticamente al margen de la acción de los gobiernos. Es como si fuera invisible", añadió.
En este sentido, el presidente brasileño pidió "voluntad y determinación política" durante un discurso pronunciado en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que acoge la cumbre hasta el próximo miércoles.
"Muchos parecen haber perdido la capacidad de indignarse con un sufrimiento tan lejano de su realidad y experiencia de vida. Pero los que ignoran o niegan ese derecho, terminan por perder su propia humanidad", incidió Lula.
El presidente de Brasil expresó la propia experiencia de vida que para él supone el problema del hambre, de la pobreza y de la exclusión social, que acarreó en el pasado en su país una economía organizada "para atender a apenas el 60 por ciento de los brasileños, dejando a los demás a su propia suerte".
Lula puso como ejemplo la reciente reducción de los niveles de pobreza en Brasil a través de una "fuerte red de protección social articulada con políticas de estímulo para la agricultura familiar" y pidió medidas que funcionen en situaciones de emergencia.
"Lo más importante, sin embargo, son las soluciones a largo plazo, es decir, las capaces de prevenir las catástrofes", afirmó el político.
"Es fundamental que los países desarrollados cumplan los compromisos asumidos y aumenten los niveles de ayuda al desarrollo. El sistema multilateral de comercio tiene que liberarse de los vergonzosos subsidios agrícolas de los países ricos", agregó.
Lula, quien cree que no existe una verdadera carestía mundial de alimentos, definió el hambre como "la más terrible arma de destrucción masiva del planeta" y apostó por vencerla para abrir camino hacia un mundo "justo, libre y democrático con el que soñamos".
-EFE
"Frente a la amenaza de un colapso financiero internacional, causado por la especulación irresponsable y por la omisión de los estados en la regulación y la fiscalización del sistema, los líderes mundiales no han dudado en gastar cientos y cientos de billones de dólares para salvar la caída de los bancos", dijo Lula.
"Con menos de la mitad de esos recursos, sería posible erradicar el hambre del mundo. La lucha contra el hambre sigue sin embargo prácticamente al margen de la acción de los gobiernos. Es como si fuera invisible", añadió.
En este sentido, el presidente brasileño pidió "voluntad y determinación política" durante un discurso pronunciado en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que acoge la cumbre hasta el próximo miércoles.
"Muchos parecen haber perdido la capacidad de indignarse con un sufrimiento tan lejano de su realidad y experiencia de vida. Pero los que ignoran o niegan ese derecho, terminan por perder su propia humanidad", incidió Lula.
El presidente de Brasil expresó la propia experiencia de vida que para él supone el problema del hambre, de la pobreza y de la exclusión social, que acarreó en el pasado en su país una economía organizada "para atender a apenas el 60 por ciento de los brasileños, dejando a los demás a su propia suerte".
Lula puso como ejemplo la reciente reducción de los niveles de pobreza en Brasil a través de una "fuerte red de protección social articulada con políticas de estímulo para la agricultura familiar" y pidió medidas que funcionen en situaciones de emergencia.
"Lo más importante, sin embargo, son las soluciones a largo plazo, es decir, las capaces de prevenir las catástrofes", afirmó el político.
"Es fundamental que los países desarrollados cumplan los compromisos asumidos y aumenten los niveles de ayuda al desarrollo. El sistema multilateral de comercio tiene que liberarse de los vergonzosos subsidios agrícolas de los países ricos", agregó.
Lula, quien cree que no existe una verdadera carestía mundial de alimentos, definió el hambre como "la más terrible arma de destrucción masiva del planeta" y apostó por vencerla para abrir camino hacia un mundo "justo, libre y democrático con el que soñamos".
-EFE
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