A los 12 años empezó a cuestionar el régimen autoritario de Tehrik-i-Taliban en Pakistán. Producto de ello, dos rebeldes le dispararon en la cabeza. Ocho años luego, regresó a su país entre lágrimas y aplausos.
En 2014, la pakistaní Malala Yousafzai recibió el premio Nobel por la paz a los 17 años, galardón que fue compartido con el indio Kailash Satyarthi por su combate contra la explotación infantil y la defensa al derecho de la educación. La activista feminista relevó al británico William Lawrence Brag, que ganó el Nobel de Física en 1915 a los 25 años.
Estos fueron los cuatro momentos que situaron a Malala como líder de la lucha por la igualdad en la educación.
Un blog, una trinchera
Con apenas 12 años, Malala critica el régimen del Tehrik-i-Taliban (TTP) a través de un blog en el que escribe bajo el seudónimo de Gul Makai en el portal de la BBC. Allí, en su lengua natal urdú, narró los actos de terror que existían en el valle de Swat, donde vivía la joven con su familia entre 2008 y 2009. Los talibanes habían prohibido que las niñas estudiasen, no permitían que las mujeres fueran al mercado y asesinaron a numerosos oponentes.
Fue en esa época cuando muchos niños, y sobre todo muchas niñas, se quedaron sin escuela, primero por la prohibición de los talibanes y luego por los intensos combates que duraron casi medio año.
Una bala, un motivo de lucha
El 9 de octubre de 2012 fue víctima de un atentado en Mingora cuando dos miembros del TTP subieron al autobús escolar en el que se encontraba Malala y le dispararon con un fusil, alcanzándola en el cráneo y en el cuello. El portavoz del grupo terrorista, Ehsanullah Ehsan, afirmó que volverían a intentar matarla y reivindicó el atentado en un comunicado en el que reiteraban que la "sharía", que está en contra del modelo educativo secular, les obligaba a ello.
La joven fue internada en un hospital de Rawalpindi, cerca de Islamabad, la capital del país, donde le extrajeron una bala que tenía alojada en el cuello, cerca de la médula espinal. Siete días más tarde fue trasladada al hospital Queen Elisabeth en Birmingham, Gran Bretaña, para programar las cirugías reconstructivas que debían realizarle por las heridas sufridas.
La igualdad educativa como pilar
Tres meses después del atentado, Malala fue dada de alta y desde entonces vive en la zona de West Midlands de Birmingham, Inglaterra junto a su familia. Tras su recuperación, Malala crea su fundación, el Fondo Malala, ha invertido más de seis millones de dólares en la educación de niñas en Pakistán. Ahora estudia Filosofía y Ciencias Políticas.en la Universidad de Oxford.
El 5 de noviembre de 2015, la actriz y activista feminista Emma Watson entrevistó a Malala tras el estreno de su documental en donde narra el trabajo que realiza tras el atentado. “¿Cuál es la meta que le gustaría que su fundación (Malala Found) alcanzara?”, le preguntó la actriz y embajadora de la ONU a Yousafza. Ella respondió: “Que todos los niños tengan acceso a la mejor educación que puedan para que tengan las herramientas que les permitan alcanzar sus sueños”.
El Premio Nobel y el regreso a su país
En el año 2013 le entregaron el premio Simone de Beauvoir en París el 9 de enero y en Madrid el Premio Unicef de España el 22 de mayo. También ganó el XXV Premio Catalunya el 22 de mayo. Sin embargo, su mayor galardón fue cuando en el 2014, a los 17 años, recibió el premio Nobel de la Paz junto al indio Kailash Satyarthi, por su defensa de los derechos de los niños.
Comparte esta noticia