El Instituto Geográfico Nacional señala que las réplicas son buenas, ya que liberan energía y, en general, evitan terremotos de mayor intensidad.
"Las réplicas de un terremoto son buenas, ya que liberan energía y, en general, evitan terremotos de mayor intensidad", aseguró hoy Pedro Expósito, investigador de análisis sísmico del Instituto Geográfico Nacional (IGN).
"Cuando se produce un terremoto, se crea en la zona una situación de desequilibrio y las réplicas lo que tratan es de reequilibrar la zona", dijo Expósito en una entrevista con EFE, tras el terremoto que sacudió ayer Lorca (sureste de España) y causó ocho muertos y más de 250 heridos, además de cuantiosos daños materiales.
Hasta ahora, cerca de 50 réplicas se han producido desde que el sismo se dejó sentir en Lorca en la tarde del miércoles, explicó el investigador, que prevé más movimientos, aunque estos, a su juicio, serán de menor intensidad.
El epicentro del sismo se localizó a unos cinco kilómetros de Lorca, a escasa profundidad -menos de 10 kilómetros-, circunstancia que, en su opinión, explica la gravedad del terremoto, que tuvo una magnitud de 5,1 en la escala abierta de Richter y se desencadenó después de otro temblor menos intenso.
Expósito descartó que el cambio climático haya influido en la magnitud e intensidad de este terremoto.
"Sus causas -arguyó- tienen que ver con el movimiento de placas tectónicas y fallas que sobrepasan su límite: se rompe la falla y se forma el terremoto. Para que nos hagamos una idea, en España es habitual que se registren diariamente del orden de 15 a 20 terremotos".
"El sureste de nuestro país -prosiguió- es más propenso a terremotos debido a la existencia de unas placas, la euroasiática y la africana, cuyos bordes están en constante fricción".
No obstante, subrayó, "España es un país seguro. Existen normas de construcción que se aplican en todas las comunidades autónomas basadas en estudios históricos que prevén la peligrosidad de la zona".
Ante la confusión entre magnitud e intensidad, el experto del IGN dejó claro que, "mientras la magnitud mide la energía liberada, la intensidad valora el daño causado por el terremoto".
Así, la escala Richter mide la magnitud y consta de 9 grados, en tanto que la escala Mercalli mide la intensidad, que va de 1 a 12 grados, dependiendo del nivel de destrucción del fenómeno.
Un temblor de dos grados en la escala Mercalli es apenas perceptible, mientras que uno de 12 significa destrucción total.
El terremoto de mayor intensidad registrado en la Península Ibérica ocurrió en 1755 en el suroeste del Cabo de San Vicente, y se conoce como el "Terremoto de Lisboa".
A ese sismo le siguió un tsunami que causó, según las referencias históricas, la muerte entre 60.000 y 100.000 personas.
El segundo en intensidad se registró en 1884 en Granada y provocó cerca de 800 muertos y cientos de heridos. EFE
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