El destacado matemático británico Michael Francis Atiyah, galardonado con los premios Abel y Fields, afirmó haber resuelto la Hipótesis de Riemann que está relacionada con la distribución de los números primos.
El destacado matemático Michael Francis Atiyah, galardonado con los premios Abel y Fields (equivalentes a un Nobel), afirmó el último lunes en una conferencia haber resuelto la Hipótesis de Riemann, considerado uno de los ‘7 problemas matemáticos del milenio’. De ser cierto que resolvió el problema, se haría acreedor de un millón de dólares.
En el Congreso de Matemáticas Laureate Forum de Heidelberg (Alemania) el matemático de 89 años aseguró que bajo una contradicción lógica se infiere que la Hipótesis de Riemann se cumple. Es así que Atiyah, basándose en las obras de John von Neumann y Friedrich Hirzebruch, utiliza la función de Todd, concepto sacado de la física, para afirmar que si hay un contraejemplo que refutase la hipótesis de Riemann, entonces habría una contradicción en la Función de Todd.
La hipótesis fue formulada por Bernhard Riemann (sí, el mismo de las sumatorias de Riemann para calcular el área debajo de una función) y data de 1859. Según el alemán, existe una función matemática para describir la secuencia lógica de los números primos, la cual se calcula mediante la ‘función zeta’, que describe la distribución de los ‘ceros no triviales’.
Los números primos son aquellos que no tienen ningún divisor aparte de sí mismos y el 1. Es decir, los primeros primos son: 2, 3, 5, 7, 11, 13, 17, 19, 23, y así sucesivamente. En diciembre del año pasado, fue descubierto el número primo más largo que tiene más de 23 millones de dígitos.
Sin embargo, muchos expertos en matemática se mantienen escépticos de la solución de Atiyah. Hasta que su teoría no sea sometida a un riguroso proceso de revisión por parte de matemáticos la Hipótesis de Riemann seguirá entre los seis de los ‘7 problemas del milenio’ que aún no se logran resolver.
El único de estos problemas que se ha logrado resolver es la Conjetura de Poncairé. En 2006, el matemático ruso Gregori Perelmán logró demostrarlo y convertirlo en teorema.
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