Banri Kaieda considera que esta medida es necesaria para garantizar el abastecimiento eléctrico. Desde el terremoto, se paralizaron 35 de los 54 reactores del país.
El ministro japonés de Industria, Banri Kaieda, hizo hoy un llamamiento para el restablecimiento de los reactores nucleares fuera de servicio desde el 11 de marzo, ante la mejora de las medidas de seguridad aplicadas en las centrales.
Para el ministro nipón, ya han sido tomadas estrictas medidas de seguridad, "apropiadas" para prevenir accidentes en las plantas nucleares tras la crisis de Fukushima, lo que hace viable su reactivación, informó la agencia local Kyodo.
Kaieda consideró que el restablecimiento es necesario para garantizar el abastecimiento eléctrico a la industria japonesa durante los meses de verano, en los que se prevé tengan lugar restricciones energéticas ante el aumento de la demanda.
Un total de 35 de los 54 reactores nucleares de Japón están paralizados desde el devastador terremoto y la crisis nuclear en la planta de Fukushima, un período más largo del planificado por el Ejecutivo, añadió Kyodo.
El principal obstáculo para poner en marcha las centrales es el de convencer a las administraciones locales de las regiones que albergan reactores, en muchos casos reticentes al restablecimiento por temor a nuevos accidentes.
El ministro nipón de Industria aseguró que el Gobierno "explicará meticulosamente la seguridad de la energía atómica" a los ciudadanos, para lo que no descarta ir personalmente a cada región implicada a fin de convencerles sobre la conveniencia de reactivar los reactores.
A pesar del llamamiento de Kaeda, uno de los principales escollos será convencer a la provincia de Fukui, que alberga 13 reactores, el mayor número del país, y que ha defendido su negativa a reactivarlos de manera inmediata.
Desde que se produjera el accidente nuclear de Fukushima, la Agencia japonesa de Seguridad Nuclear ha efectuado en las centrales inspecciones sobre el terreno para plantear nuevas medidas de prevención de accidentes.
Las medidas incluyen normas para que no se repitan accidentes como el de Fukushima, como la mejora de la comunicación durante apagones, mecanismos de protección contra altos índices de radiación o sistemas de enfriamiento en los edificios de los reactores.
-EFE-
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