La Casa Blanca explicó que el presidente cree que el liderazgo de EE.UU. puede ser más productivo mediante su participación al final de la cumbre.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, cambió sus planes y acudirá a la cumbre sobre el cambio climático en Copenhague el 18 de diciembre, para su clausura, en lugar del día 9, como tenía previsto hasta ahora.
En un comunicado, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, indicó que "el presidente cree que el modo en que el liderazgo de EE.UU. puede ser más productivo es mediante su participación al final de la reunión de Copenhague, el 18 de diciembre, en lugar del 9".
Explicó que aún hay "asuntos por resolver que deben ser negociados para que se logre un acuerdo, pero esta decisión refleja el compromiso del presidente para hacer todo lo que pueda para lograr un resultado positivo" en la conferencia.
El portavoz anunció también que EE.UU. está dispuesto a "pagar una justa contribución" en el acuerdo que se perfila, dentro del documento final de la cumbre, para desembolsar 10.000 millones de dólares al año, a partir de 2012, para apoyar la adaptación de los países más pobres a tecnologías limpias y su reducción de emisiones de gases contaminantes.
"Estados Unidos pagará su justa contribución de esa cantidad", indicó Gibbs, que agregó que otros países también aportarán "compromisos sustanciales".
En Copenhague "necesitamos atajar la necesidad de la financiación a largo plazo" para apoyar esa adaptación, e impulsar la reducción de gases contaminantes por parte de los países menos desarrollados, destacó.
Esa asistencia "no es sólo un imperativo humanitario, es una inversión en nuestra seguridad común, dado que no hay acuerdo de cambio climático que pueda tener éxito si no ayuda a que todos los países reduzcan sus emisiones", sostuvo el portavoz de la Casa Blanca.
Más de cien jefes de Estado y de Gobierno han confirmado su presencia en esta conferencia convocada por la ONU en la capital danesa del 7 al 18 de diciembre, a la que también asistirán unos 15.000 delegados y el propio secretario general del organismo internacional, Ban Ki-moon.
EFE
En un comunicado, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, indicó que "el presidente cree que el modo en que el liderazgo de EE.UU. puede ser más productivo es mediante su participación al final de la reunión de Copenhague, el 18 de diciembre, en lugar del 9".
Explicó que aún hay "asuntos por resolver que deben ser negociados para que se logre un acuerdo, pero esta decisión refleja el compromiso del presidente para hacer todo lo que pueda para lograr un resultado positivo" en la conferencia.
El portavoz anunció también que EE.UU. está dispuesto a "pagar una justa contribución" en el acuerdo que se perfila, dentro del documento final de la cumbre, para desembolsar 10.000 millones de dólares al año, a partir de 2012, para apoyar la adaptación de los países más pobres a tecnologías limpias y su reducción de emisiones de gases contaminantes.
"Estados Unidos pagará su justa contribución de esa cantidad", indicó Gibbs, que agregó que otros países también aportarán "compromisos sustanciales".
En Copenhague "necesitamos atajar la necesidad de la financiación a largo plazo" para apoyar esa adaptación, e impulsar la reducción de gases contaminantes por parte de los países menos desarrollados, destacó.
Esa asistencia "no es sólo un imperativo humanitario, es una inversión en nuestra seguridad común, dado que no hay acuerdo de cambio climático que pueda tener éxito si no ayuda a que todos los países reduzcan sus emisiones", sostuvo el portavoz de la Casa Blanca.
Más de cien jefes de Estado y de Gobierno han confirmado su presencia en esta conferencia convocada por la ONU en la capital danesa del 7 al 18 de diciembre, a la que también asistirán unos 15.000 delegados y el propio secretario general del organismo internacional, Ban Ki-moon.
EFE
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