Barack Obama comenzó su mandato tomando decisiones decisiones y firmando decretos encaminados a revertir el curso de la era Bush.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, comenzó con determinación su primera semana en
En el corto tiempo que lleva en
"Obama está claramente poniendo énfasis en estos primeros días en enviar mensajes al mundo (...) de que somos diferentes, hemos cambiado", afirmó Jessica Tuchman Mathews, presidenta de la organización Carnegie Endowment for International Peace, en declaraciones publicadas hoy por el diario San Francisco Chronicle.
En sus primeras horas como mandatario, Obama tomó sus primeras decisiones: congeló, a la espera de revisarlas, las medidas aprobadas a última hora por Bush, y pidió a los jueces en Guantánamo la suspensión de los juicios durante 120 días contra los sospechosos de terrorismo detenidos en esta prisión.
Fue la primera señal inequívoca que envió a los estadounidenses y al mundo entero de que la era Bush se había acabado.
En un entorno en el que la crisis económica amenaza con elevar la tasa de desempleo en Estados Unidos a dos dígitos, el nuevo gobernante congeló de un plumazo los salarios de un centenar de funcionarios de
Cumpliendo con su promesa de gobernar con transparencia, exigió a todos los organismos gubernamentales que cumplan
Esa orden ya ha suscitado polémica en Estados Unidos, dado que el Gobierno prevé solicitar una excepción para dos miembros del nuevo Ejecutivo.
En otro mensaje claro de que pretende revertir algunas de las políticas más impopulares de Bush, pidió a los responsables militares planes adicionales para ejecutar una salida responsable de Irak y revisar por completo la situación en Afganistán.
En el plano de la economía, Obama decidió sostener reuniones diarias con su equipo encargado de esta área e inició una enérgica campaña para lograr la aprobación de su plan de estímulo.
Pero la orden que quizá más impacto ha tenido y que más reacciones ha suscitado es la que firmó en su segundo día de trabajo para cerrar la prisión de Guantánamo en el plazo de un año, clausurar las cárceles secretas de
También ha sido la señal más clara de que no tolerará las políticas del anterior presidente en la lucha contra el terrorismo.
Eso sí, ya hay voces en EE.UU., sobre todo del lado republicano, que advierten que firmar un decreto para cerrar Guantánamo, por muy simbólico que sea, es algo "fácil" de hacer, pero difícil de ejecutar, como afirmó esta semana en una entrevista John McCain.
Las voces que advierten problemas han cobrado fuerza después de que se conociera que la red terrorista Al Qaeda montó en Yemen una nueva estructura regional que tiene como "número dos" a un antiguo recluso de la prisión de Guantánamo.
El tercer día de trabajo de Obama estuvo marcado por otra acción dirigida a desmantelar la "era Bush": la firma de una orden ejecutiva que levanta el veto a la financiación de los grupos que practican o informan sobre el aborto en el extranjero.
A diferencia de las otras órdenes, las cuales firmó en presencia de la prensa, en este caso Obama prefirió mantener un perfil bajo.
En política exterior, el nuevo presidente de EE.UU. dejó rápidamente claro que se comprometerá con el proceso de paz en Oriente Medio, al llamar a los líderes israelíes y palestinos en su primer día, y nombrar a un enviado especial para la región.
En un acto en el Departamento de Estado, junto a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y su vicepresidente, Joe Biden, transmitió a la comunidad internacional que bajo su mandato predominará la diplomacia multilateral sobre la acción militar unilateral que impulsó su antecesor.
Las decisiones tomadas hasta ahora por Obama fueron anunciadas durante su campaña y el periodo de transición, y confirman su vocación de cambio. Lo difícil ahora será ejecutar las nuevas medidas y encontrar apoyo bipartidista.
Mientras Obama se dispone a revertir el curso de la era Bush, los estadounidenses y el mundo entero tendrán que armarse de paciencia para ver los primeros resultados.
EFE
Comparte esta noticia