En su discurso el presidente estadounidense reconoció que sus ´logros son escasos´ en comparación con otros galardonados anteriores con el galardón.
El presidente de Estados Unidos Barack Obama recibió con "gratitud" y "humildad", el jueves en Oslo, el Premio Nobel de la Paz, en medio de cuestionamientos por su reciente decisión de reforzar la presencia militar norteamericana en Afganistán.
En su discurso, Obama dijo que aceptaba su galarcón "con profunda gratitud y gran humildad".
El comité Nobel sorprendió al planeta, y al propio galardonado, el 9 de octubre al otorgar el premio a Obama, que llevaba solamente nueve meses en la Casa Blanca, sin éxitos diplomáticos notables y con dos guerras en curso, en Irak y Afganistán.
Obama reactivó luego esa polémica al anunciar el 1 de diciembre el envío de 30.000 soldados suplementarios a Afganistán para "terminar el trabajo".
Dos de cada tres estadounidenses consideran que Obama no merece el Nobel de la paz, según un sondeo divulgado esta semana.
El presidente aludió en su discurso de Oslo a esa polémica, al afirmar que la guerra es a veces necesaria pero que su precio es "elevado".
Previamente, el presidente del Comité Nobel noruego, Thorbjoern Jagland, había defendido la decisión de otorgar el premio a Obama menos de un año después de su investidura.
"Muchos son los que opinan que el Premio llega demasiado pronto", reconoció.
"Pero la historia está llena de ocasiones perdidas. Es ahora, hoy, cuando tenemos la ocasión de apoyar las ideas del presidente Obama", aseguró Jagland, precisando que el premio era "un llamado a la acción para todos nosotros".
La llegada al poder de Obama fue considerada como un giro en la política exterior estadounidense, después de ocho años de la gestión presidencial de George W.Bush, denunciada por su unilateralismo.
AFP
En su discurso, Obama dijo que aceptaba su galarcón "con profunda gratitud y gran humildad".
El comité Nobel sorprendió al planeta, y al propio galardonado, el 9 de octubre al otorgar el premio a Obama, que llevaba solamente nueve meses en la Casa Blanca, sin éxitos diplomáticos notables y con dos guerras en curso, en Irak y Afganistán.
Obama reactivó luego esa polémica al anunciar el 1 de diciembre el envío de 30.000 soldados suplementarios a Afganistán para "terminar el trabajo".
Dos de cada tres estadounidenses consideran que Obama no merece el Nobel de la paz, según un sondeo divulgado esta semana.
El presidente aludió en su discurso de Oslo a esa polémica, al afirmar que la guerra es a veces necesaria pero que su precio es "elevado".
Previamente, el presidente del Comité Nobel noruego, Thorbjoern Jagland, había defendido la decisión de otorgar el premio a Obama menos de un año después de su investidura.
"Muchos son los que opinan que el Premio llega demasiado pronto", reconoció.
"Pero la historia está llena de ocasiones perdidas. Es ahora, hoy, cuando tenemos la ocasión de apoyar las ideas del presidente Obama", aseguró Jagland, precisando que el premio era "un llamado a la acción para todos nosotros".
La llegada al poder de Obama fue considerada como un giro en la política exterior estadounidense, después de ocho años de la gestión presidencial de George W.Bush, denunciada por su unilateralismo.
AFP
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