La prensa uruguaya sacó esta semana a la luz el caso del obispo Barboza, quien había denunciado por extorsión a dos hombres con los que supuestamente mantuvo relaciones sexuales.
El obispo católico uruguayo que está en el centro de un escándalo por supuestamente haber mantenido relaciones homosexuales pidió perdón en una carta difundida hoy y anunció que acatará con "total disponibilidad" la sanción del Vaticano.
El caso de Francisco Barboza, obispo de Minas (a 120 kilómetros al norte de Montevideo), está en estos momentos en manos del Papa Benedicto XVI, quien debe decidir su futuro, tal y como indicaron fuentes de la Conferencia Episcopal.
La prensa uruguaya sacó esta semana a la luz el caso del obispo Barboza, quien había denunciado por extorsión a dos hombres con antecedentes penales con los que supuestamente mantuvo relaciones sexuales.
En la misiva, Barboza pide disculpas a los fieles por el dolor generado y asegura que "lo más penoso" es que "la causa" de ese dolor sea él "mismo".
"Me confío a lo que la Iglesia me pida, con total disponibilidad y obediencia", añade el prelado en la carta, que ha sido leída en las homilías de las misas de este fin de semana en los templos de la diócesis de Minas.
Según fuentes policiales consultadas por la página web del diario uruguayo El País, Barboza contrató a esos dos hombres, que cumplían penas de prisión por varios delitos, para que realizaran tareas en el Obispado.
El pasado diciembre, tras una cena organizada por el obispo, éste mantuvo relaciones sexuales con los dos hombres que fueron grabadas con la cámara de un teléfono móvil, relata el diario citando a esas fuentes de la Policía.
Según esta información, los dos procesados utilizaron la grabación para extorsionar al prelado.
Cuando Barboza denunció el caso hace cerca de un mes, se inició una investigación policial que motivó el procesamiento por extorsión de los dos hombres, pero que también dejó al descubierto la supuesta violación del celibato por parte del obispo.
Esta conducta es reprobada por el Derecho Canónico y puede llegar a convertirse en un "delito procesable" en la jurisdicción eclesiástica, dijo esta semana a Efe el vicario judicial del Arzobispado de Montevideo, el sacerdote Juan Silveira.
Al tratarse de un obispo, el caso recae en el fuero del Vaticano, por lo que Benedicto XVI es el único competente para decidir sobre el futuro de Barboza, precisó Silveira.
Si el Papa decidiese destituir a Barboza, sería la primera vez en la historia de la Iglesia uruguaya que un obispo tiene que renunciar a su cargo por hechos relacionados con su vida privada.
EFE
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