"Lo más probable es que haya alguna fuga", explicó hoy en Viena Miroslav Lipar, jefe del departamento de Seguridad Operativa del Organismo Internacional de la Energía Atómica.
El OIEA teme que haya daños en la estructura de la vasija de contención del reactor 3 de la central japonesa de Fukushima, el más peligroso por su contenido de plutonio y que podría ser el origen de las fugas radiactivas detectadas.
"Lo más probable es que haya alguna fuga", explicó hoy en Viena Miroslav Lipar, jefe del departamento de Seguridad Operativa del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
Esta fisura, no confirmada aún, puede ser "una fuga de la vasija de contención" de la unidad 3, dijo el experto.
"Según los parámetros de la presión, hay alguna fuga. Hay fugas de la planta al mar y al aire, pero nos sabemos si es de la unidad 3 o 4", añadió Lipar.
Al respecto, Graham Andrew, asesor científico del OIEA, señaló que se dispone de datos que indicarían que "la mayoría de los radionucleidos viene de los reactores y no de las piscinas de combustible usado", otra de las posibles fuentes de radiactividad.
Aparte de las emisiones radiactivas a la atmósfera, el OIEA informó que se han producido fugas de agua contaminada hacia el mar.
"Parte del agua se evapora, pero parte se escapa de la planta hacia el mar", declaró Andrew en relación a las toneladas de agua que se están bombeando y rociando en los reactores, en un intento de enfriarlos.
Andrew confirmó que esta agua "está potencialmente muy contaminada" y que fue este líquido el que causó heridas a tres trabajadores, dos de los cuales tuvieron que ser hospitalizados por haber recibido altas dosis de radiación en los pies.
Agregó que se espera que los dos operarios sean dados de alta la semana próxima.
Sobre el riesgo de la llegada de esa agua al mar, Andrew explicó que en "el océano se produce un enorme efecto de disolución".
No pudo precisar cuánto tiempo durarán estas fugas radiactivas, tanto a la atmósfera como al mar, y precisó que lo que se está haciendo ahora es "minimizar el nivel de esos escapes" y evitar que se produzca una catástrofe mayor.
De hecho, reconoció que, una vez que se haya estabilizado la situación, habrá que atender la tarea de limpiar la zona contaminada alrededor de la planta.
Hasta el momento, en el mar, a 30 kilómetros de la costa donde se ubica la planta, se han detectado contaminación radiactiva en la superficie marítima, que, aseguró Andrew, se "diluirá rápidamente".
Especialmente preocupante es la contaminación por cesio 137, un componente con una vida de 30 años, en comparación con los 8 días del yodo 131.
En tierra, se ha detectado radiación superior a la permitida en muestras de leche y vegetales en las prefecturas de Fukushima e Ibaraki y hay restricciones en la distribución de estos productos en cuatro prefecturas.
EFE
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