En comunicado oficial, el Consejo de Seguridad, ´condenó´ la violencia, ´deploró´ la represión y ´lamentó´ la muerte de cientos de ciudadanos durante los últimos enfrentamientos.
El Consejo de Seguridad de la ONU exigió al líder libio Muamar al Gadafi, que ponga fin inmediato a la sangrienta represión de las protestas populares en contra de su régimen y le instaron a asumir responsabilidades por la muerte de centenares de civiles en el país magrebí.
Los 15 miembros del máximo órgano de seguridad internacional condenaron la violenta respuesta del régimen libio en un "firme" comunicado de prensa acordado tras una larga jornada de negociaciones, que incluyó dos reuniones a puerta cerrada.
"Este es un mensaje de unidad de la comunidad internacional", destacó el embajador del Reino Unido ante la ONU, Mark Lyall Grant, al término de las reuniones del Consejo.
El diplomático británico, quien redactó el primer borrador de la nota, se mostró satisfecho de que el Consejo haya enviado "un mensaje firme" al Gobierno de Trípoli, en consonancia con la decisión de la Liga Árabe de suspender la participación de Libia en la organización regional.
El comunicado del Consejo "condena" la violencia empleada contra la población civil, "deplora" la represión desatada por el régimen contra manifestantes pacíficos y "lamenta" la muerte de cientos de personas en los enfrentamientos de los últimos días.
Asimismo, hace una llamamiento para que se ponga "fin inmediatamente" a la violencia y se "adopten pasos para abordar las demandas legítimas de la población, inclusive a través de un diálogo nacional".
En los nueve párrafos del documento también se advierte de la "importancia" de la rendición de cuentas y se subraya "la necesidad de pedir responsabilidades" a quienes ordenaron los ataques.
"Hoy, la comunidad internacional ha expresado claramente con una misma voz que condena la violencia contra los civiles en Libia, que esta debe cesar de inmediato y que el Gobierno de Libia debe ejercer la contención y proteger los derechos de su pueblo", valoró la embajadora adjunta de EE.UU., Rosemary, DiCarlo.
La advertencia de que se deben pedir responsabilidades a los causantes de la represión fue objeto de una intensa negociación en el seno del Consejo de Seguridad, donde China particularmente quería evitar inmiscuirse demasiado en lo que considera asuntos internos de un país soberano.
Según fuentes diplomáticas, las objeciones chinas y de otros países obligaron a eliminar del comunicado una mención a la investigación internacional de la represión en el país magrebí solicitada por la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay.
Por esta razón, entre otras cosas, el representante permanente adjunto de Libia, Ibrahim Dabbashi, quien claramente se ha posicionado como opositor al Gobierno de Trípoli, señaló que la declaración del Consejo "no es lo suficientemente fuerte, aunque sí en un buen mensaje al régimen libio para que pare el derramamiento de sangre".
Según dijo, aparentemente las fuerzas de seguridad libias se han puesto en marcha para recuperar el control de las localidades del oeste del país en poder de los opositores a Gadafi.
El operativo, según el diplomático libio, se habría puesto en marcha después del discurso hoy del líder libio, en el que rechazó abandonar el poder y amenazó con "limpiar Libia casa por casa".
El subsecretario de la ONU par Asuntos Políticos, Lynn Pascoe, criticó las palabras de Gadafi en declaraciones a la prensa después de informar al Consejo sobre los últimos acontecimientos en Libia.
A su juicio, "incitar a la población a ir contra sí misma, particularmente si son manifestantes pacíficos, es algo peligroso y malo" y subrayó la preocupación de la ONU por "las amenazas de represalias en el discurso" del mandatario.
Pascoe indicó que el organismo internacional no está en posición de precisar una cifra de muertos, o si se emplearon aviones y helicópteros en contra de los manifestantes, aunque precisó que cuentan con testimonios de que se observaron aparatos sobrevolando la capital libia.
En la reunión del Consejo también intervino el embajador de Libia, Abdurrahman Mohamed Shalgham, quien al contrario que su segundo se mantiene fiel al régimen de Trípoli.
Shalgham, según dijeron a Efe fuentes diplomáticas presentes en la reunión, "se mostró cercano a Gadafi" y negó que las fuerzas aéreas libias disparasen en contra de los manifestantes civiles en varias ciudades de su país.
En declaraciones a la prensa, el representante libio aseguró que esperaba que en las próximas "24 horas haya cambios y se tranquilice la situación".
Por un lado admitió que "todo el régimen es responsable" de la situación de violencia que vive el país, aunque posteriormente aseguró que Gadafi, quien ha dirigido el país con mano de hierro desde 1969 y del que dijo ser "amigo", "no es responsable" de la represión.
Distintas fuentes cuentan ya los muertos por centenares y sólo en la ciudad oriental de Bengasi fuentes médicas cifraron en cerca de 300 las víctimas mortales registradas en los últimos días.
EFE
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