´Estamos todavía plenos de optimismo´, declaró el ministro francés de Defensa, quien estimó que las informaciones filtradas a la prensa germana son ´la forma de poner un poco de presión´.
Las autoridades francesas se mantienen "optimistas" sobre el futuro del proyecto de avión militar de transporte A400M y consideran que los "rumores" de que el fabricante Airbus se plantea su abandono hay que enmarcarlos en la negociación para repartirse los sobrecostes del programa.
"Estamos todavía plenos de optimismo", declaró hoy el ministro francés de Defensa, Hervé Morin, quien en una entrevista a la emisora de radio BFM estimó que las informaciones filtradas a la prensa germana sobre la amenaza de Airbus de abandonar el A400M son "la forma de poner un poco de presión al Gobierno alemán".
Fuentes de su departamento añadieron a Efe que "esos rumores (...) circulan en un contexto de renegociación" del contrato entre la filial del grupo europeo EADS y los gobiernos de los siete países que han participado desde el principio en este proyecto del aparato para repartir el sobrecoste, estimado en un 25% del precio inicial, que se había fijado en unos 20.000 millones de euros.
Morin reiteró que descarta que "sean los contribuyentes europeos los que paguen la totalidad de los sobrecostes y, por eso, hay que lograr una solución que convenga a las dos partes".
Las fuentes de su ministerio insistieron en que los siete Estados ya han aceptado cambios en los plazos de entrega de las aeronaves (por ahora el programa acumula un retraso de más de tres años), así como modificaciones técnicas de los aviones y en las penalizaciones que deberían recibir por esas demoras.
Añadieron que Alemania, que ha encargado 60 unidades del A400M, Francia (50), España (27), Reino Unido (25), Turquía (10), Bélgica (7) y Luxemburgo (1) "han dicho que querían continuar" con un programa que ha registrado "progresos", en particular con el primer vuelo del avión realizado el 11 de diciembre en Sevilla, junto a la planta de Airbus donde está previsto el ensamblaje final.
Además, según la lectura de las autoridades francesas, EADS se ha comprometido con el A400M con el contrato firmado y retirarse no sólo implicaría que tendría que afrontar las consecuencias de su incumplimiento, sino que también minaría su credibilidad y se pondría en peligro su reputación ante sus clientes, tanto gobiernos como compañías privadas.
Esta polémica tiene su origen en una información del "Financial Times Deutschland", según la cual el presidente de Airbus, Thomas Enders, prepara paralizar la fabricación del A400M porque no considera factible llegar a un compromiso con los siete países sobre la forma de repartirse los sobrecostes -cifrados en 5.300 millones de euros- de aquí a finales de mes, que era el plazo previsto.
En las últimas semanas, la prensa ha publicado declaraciones cruzadas de las dos partes y, así, el 11 de diciembre el director general de la empresa, Fabrice Brégier, advirtió de que los citados Estados tendrían que asumir una subida del precio "significativa".
Brégier dejaba en el aire un eventual abandono del programa, al comentar que "EADS deberá velar para que el A400M no cuestione la capacidad de Airbus para seguir siendo un actor de nivel mundial".
Apenas una semana después, Morin respondió que EADS debe asumir "lo esencial de los sobrecostes" y que, teniendo en cuenta la actitud del fabricante "a fuerza de tensar la cuerda, los británicos podrían salir del programa", como ya amenazaron hacer el pasado verano.
EADS había calculado en abril que los retrasos de más de tres años en el desarrollo industrial del A400M le podría costar 1.400 millones de euros e incluyó en sus cuentas una provisión potencial de 5.700 millones para el caso de que tuviera que devolver el dinero avanzado por los siete países si se abandonaba el programa.
El responsable de la división de aviones militares, Domingo Ureña, dijo en junio que la empresa estaba invirtiendo un centenar de millones de euros al mes en este avión. EFE
"Estamos todavía plenos de optimismo", declaró hoy el ministro francés de Defensa, Hervé Morin, quien en una entrevista a la emisora de radio BFM estimó que las informaciones filtradas a la prensa germana sobre la amenaza de Airbus de abandonar el A400M son "la forma de poner un poco de presión al Gobierno alemán".
Fuentes de su departamento añadieron a Efe que "esos rumores (...) circulan en un contexto de renegociación" del contrato entre la filial del grupo europeo EADS y los gobiernos de los siete países que han participado desde el principio en este proyecto del aparato para repartir el sobrecoste, estimado en un 25% del precio inicial, que se había fijado en unos 20.000 millones de euros.
Morin reiteró que descarta que "sean los contribuyentes europeos los que paguen la totalidad de los sobrecostes y, por eso, hay que lograr una solución que convenga a las dos partes".
Las fuentes de su ministerio insistieron en que los siete Estados ya han aceptado cambios en los plazos de entrega de las aeronaves (por ahora el programa acumula un retraso de más de tres años), así como modificaciones técnicas de los aviones y en las penalizaciones que deberían recibir por esas demoras.
Añadieron que Alemania, que ha encargado 60 unidades del A400M, Francia (50), España (27), Reino Unido (25), Turquía (10), Bélgica (7) y Luxemburgo (1) "han dicho que querían continuar" con un programa que ha registrado "progresos", en particular con el primer vuelo del avión realizado el 11 de diciembre en Sevilla, junto a la planta de Airbus donde está previsto el ensamblaje final.
Además, según la lectura de las autoridades francesas, EADS se ha comprometido con el A400M con el contrato firmado y retirarse no sólo implicaría que tendría que afrontar las consecuencias de su incumplimiento, sino que también minaría su credibilidad y se pondría en peligro su reputación ante sus clientes, tanto gobiernos como compañías privadas.
Esta polémica tiene su origen en una información del "Financial Times Deutschland", según la cual el presidente de Airbus, Thomas Enders, prepara paralizar la fabricación del A400M porque no considera factible llegar a un compromiso con los siete países sobre la forma de repartirse los sobrecostes -cifrados en 5.300 millones de euros- de aquí a finales de mes, que era el plazo previsto.
En las últimas semanas, la prensa ha publicado declaraciones cruzadas de las dos partes y, así, el 11 de diciembre el director general de la empresa, Fabrice Brégier, advirtió de que los citados Estados tendrían que asumir una subida del precio "significativa".
Brégier dejaba en el aire un eventual abandono del programa, al comentar que "EADS deberá velar para que el A400M no cuestione la capacidad de Airbus para seguir siendo un actor de nivel mundial".
Apenas una semana después, Morin respondió que EADS debe asumir "lo esencial de los sobrecostes" y que, teniendo en cuenta la actitud del fabricante "a fuerza de tensar la cuerda, los británicos podrían salir del programa", como ya amenazaron hacer el pasado verano.
EADS había calculado en abril que los retrasos de más de tres años en el desarrollo industrial del A400M le podría costar 1.400 millones de euros e incluyó en sus cuentas una provisión potencial de 5.700 millones para el caso de que tuviera que devolver el dinero avanzado por los siete países si se abandonaba el programa.
El responsable de la división de aviones militares, Domingo Ureña, dijo en junio que la empresa estaba invirtiendo un centenar de millones de euros al mes en este avión. EFE
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