La Guardia Costera afirmó que se trata de una capa fina y añadió que el manto grueso de crudo está a unos 16 kilómetros de la costa.
La mancha de petróleo del Golfo de México llegó por primera vez a la costa del estado de Luisiana al teñir las aguas de las Islas Chandeleur, confirmaron fuentes de la Guardia Costera.
Las primeras manchas de crudo se detectaron en las playas de la Isla Freemason, en el extremo sur de las Islas Chandeleur, según el Comando Unificado, la coalición que agrupa a la Guardia Costera, British Petroleum (BP) y las autoridades federales y estatales que trabajan para frenar el derrame.
"Esta es la primera confirmación que ha recibido el Comando Unificado de que el petróleo ha tocado la costa", dijo el suboficial de la Guardia Costera Connie Terrell en declaraciones a los medios.
David Mosley, otro portavoz de la Guardia Costera, afirmó que se trata de una capa fina y añadió que el manto grueso de crudo está a unos 16 kilómetros de la costa.
La Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA, por su sigla en inglés) sostiene que el petróleo podría llegar a las costas de Alabama y Florida en dos o tres días.
Por lo demás, BP inició hoy los preparativos para colocar una enorme caja de acero y cemento encima de las fugas del oleoducto que escupe unos 800.000 litros diarios de petróleo al mar en la zona del Golfo de México.
La caja tiene una tubería en la parte superior a través de la que se bombearía el petróleo hacia un barco en la superficie, con capacidad para acumular hasta 128.000 de barriles de crudo (20,4 millones de litros).
De funcionar el sistema, la caja podría recolectar hasta un 85 por ciento del vertido tóxico, según BP.
La estructura rectangular blanca de algo más de doce metros de altura se instalará a 1.500 metros de profundidad con la ayuda de una grúa y un robot submarino dirigido mediante control remoto.
La caja contenedora llegó hoy a la zona tras una lenta travesía que arrancó la pasada noche en las costas de Luisiana y terminó esta mañana a 80 kilómetros en alta mar, en el lugar donde se encontraba la plataforma operada por BP que se hundió el 22 de abril, tras la explosión dos días antes en la que murieron 11 trabajadores.
EFE
Las primeras manchas de crudo se detectaron en las playas de la Isla Freemason, en el extremo sur de las Islas Chandeleur, según el Comando Unificado, la coalición que agrupa a la Guardia Costera, British Petroleum (BP) y las autoridades federales y estatales que trabajan para frenar el derrame.
"Esta es la primera confirmación que ha recibido el Comando Unificado de que el petróleo ha tocado la costa", dijo el suboficial de la Guardia Costera Connie Terrell en declaraciones a los medios.
David Mosley, otro portavoz de la Guardia Costera, afirmó que se trata de una capa fina y añadió que el manto grueso de crudo está a unos 16 kilómetros de la costa.
La Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA, por su sigla en inglés) sostiene que el petróleo podría llegar a las costas de Alabama y Florida en dos o tres días.
Por lo demás, BP inició hoy los preparativos para colocar una enorme caja de acero y cemento encima de las fugas del oleoducto que escupe unos 800.000 litros diarios de petróleo al mar en la zona del Golfo de México.
La caja tiene una tubería en la parte superior a través de la que se bombearía el petróleo hacia un barco en la superficie, con capacidad para acumular hasta 128.000 de barriles de crudo (20,4 millones de litros).
De funcionar el sistema, la caja podría recolectar hasta un 85 por ciento del vertido tóxico, según BP.
La estructura rectangular blanca de algo más de doce metros de altura se instalará a 1.500 metros de profundidad con la ayuda de una grúa y un robot submarino dirigido mediante control remoto.
La caja contenedora llegó hoy a la zona tras una lenta travesía que arrancó la pasada noche en las costas de Luisiana y terminó esta mañana a 80 kilómetros en alta mar, en el lugar donde se encontraba la plataforma operada por BP que se hundió el 22 de abril, tras la explosión dos días antes en la que murieron 11 trabajadores.
EFE
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