La Haya alberga este 24 y 25 de junio la cumbre de la OTAN, un encuentro cuya agenda no puede ser más particular: desde la presión de Estados Unidos a sus socios europeos para aumentar el gasto militar, hasta el curso de la guerra en Ucrania y la escalada del conflicto entre Israel e Irán que sacude al mundo.
¿Ratificar la Alianza o profundizar las grietas? La cumbre de la OTAN en La Haya promete ser tan histórica como trascendental. Este 24 y 25 de junio, los 32 miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se reunirán en La Haya para reforzar los lazos de la mayor alianza de seguridad del mundo o evidenciar sus crecientes diferencias, en medio de una realidad geopolítica cada vez más convulsa.
Así las cosas, la agenda de la cumbre estará marcada por la presión estadounidense a los países europeos para que aumenten su gasto en defensa, la postura de la Alianza frente a la guerra en Ucrania, los pasos que dan algunos países frente al movimiento de las tropas rusas y los ecos del fuego cruzado entre Irán e Israel.
France 24 repasa las claves de la reunión transatlántica.
El 5% que amenaza la unidad de la Alianza
Si por algo será histórica esta cumbre es por el futuro del gasto militar de la alianza, a punto de ser reformulado gracias a la presión de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, sobre sus socios militares.
Desde que regresó a la Oficina Oval, el republicano ha instado a los aliados a que inviertan el 5% de su PIB en el gasto en defensa de la OTAN, un mecanismo para nivelar el esfuerzo que asume actualmente Washington en la organización.
Actualmente el objetivo de gasto para los aliados está situado en el 2% del PIB acordado en la cumbre de Gales en 2014 con el plazo de lograrlo en diez años. Pero los cambios que este redoble presupuestal suponen han puesto en relieve las diferencias entre los socios.
España, por ejemplo, ha sido uno de los miembros más reticentes con la iniciativa de la Casa Blanca. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, aseguró que el plan de Trump era “desproporcionado” e “innecesario”.
Por ello, tras intercambiar misivas con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, Sánchez logró que la organización le otorgue a su país “la flexibilidad para determinar su propia trayectoria soberana con el fin de alcanzar el objetivo de capacidad y los recursos anuales necesarios como porcentaje del PIB”.
Bélgica, por su parte, ha dicho que no podrá cumplir con el gasto militar puro del 3,5% del PIB que pedirá una declaración que prevén aprobar los líderes de la Alianza en la cumbre.
En contraste, otros socios como Alemania y Noruega le han dado el visto bueno al aumento del gasto.
Ucrania en el centro de las preocupaciones de seguridad
Otro frente de debate será la situación en suelo ucraniano, cuando el país gobernado por Volodímir Zelenski supera ya los tres años en guerra con Rusia, luego de que esta lo invadiera en febrero de 2022.
Es otro posible punto de discusión, ya que, a diferencia de la Administración anterior, el Gobierno de Trump ha tomado distancia de la postura unificada que Estados Unidos mantenía con la Alianza frente a la guerra en Ucrania antes de su llegada. De hecho, los presidentes de ambos países protagonizaron una acalorada e histórica discusión en la Casa Blanca a inicios de este año.
Con todo y eso, Rutte ha señalado que la Alianza seguirá respaldando los esfuerzos militares de Kiev. Hoy el secretario de la OTAN aseguró que los aliados proporcionarán más de 35.000 millones de euros (casi 40.000 millones de dólares) en ayuda militar a Ucrania este año.
No obstante, en esta ocasión, no se ha convocado una sesión formal con los líderes y Zelenski –a diferencia de ediciones anteriores–, aunque sí ha sido invitado a la cena de honor. En ese sentido, hay dudas sobre si el mandatario podrá asistir a las reuniones formales de los socios militares.
A pesar de que la OTAN en sí misma no proporciona asistencia letal a Ucrania, individualmente sus miembros sí. En 2024, el 60% del apoyo militar de Kiev provino de sus aliados europeos.

Disuasión frente a posible acción de Moscú más allá de Ucrania
Recientemente, varios países europeos han tomado medidas para blindarse frente a una eventual agresión por parte del Kremlin.
Alemania, por ejemplo, anunció que desplegará un contingente militar de forma progresiva hasta 2027 en Lituania, la última frontera de la OTAN con Rusia. El rol de la brigada es el de actuar como medida de “disuasión creíble”, tal y como aseguró el canciller alemán, Friedrich Merz.
Otro país que ha empezado a evaluar este escenario es Finlandia. El mayor general Sami Nurmi, jefe de estrategia de las fuerzas de defensa finlandesas, ha dicho que el Ejército está siguiendo muy de cerca las maniobras militares de Moscú y que, como parte de la alianza de la OTAN, es su labor prepararse "para lo peor".
Los nuevos planes militares de la Alianza apuntan al despliegue de 300.000 militares en un plazo de 30 días para contrarrestar cualquier ataque terrestre, marítimo, aéreo o en el ciberespacio.

A la sombra de la escalada Israel-Irán
Pese a que los ataques entre Israel e Irán —desencadenados por la ofensiva israelí contra las bases nucleares de Teherán el 13 de junio— no forman parte de la agenda oficial de la cumbre, su relevancia, debido al riesgo que representan para la seguridad internacional, ha puesto el tema sobre la mesa.
Y es que el conflicto no podrá ser evitado en las conversaciones, luego de que Estados Unidos decidiera involucrarse en la escalada atacando las tres principales instalaciones nucleares de la República Islámica, lo que elevó las tensiones globales al máximo.
Al respecto, Rutte ya ha dicho que los ataques estadounidenses a Irán durante este fin de semana no violaron el derecho internacional, con relación a los múltiples debates legales –dentro y fuera de Estados Unidos– que suponen estas acciones del Pentágono.