Los defensores de los animales aplaudieron la prohibición de las corridas de toros en Cataluña, mientras toreros y aficionados se quejaron de lo que consideran un atentado a la libertad.
Los defensores de los animales en América Latina aplaudieron la prohibición de las corridas de toros en Cataluña, mientras toreros y aficionados a la fiesta taurina se quejaron de lo que consideran un atentado a la libertad y una medida motivada más por la "política" que por el amor a los toros.
"Es una aberración, un atentado contra la libertad de expresión, contra la cultura, el arte, las tradiciones", declaró Antonio Urrutia, líder de la Asociación de Matadores de Toros y Novillos, Rejoneadores y Similares de México
"El pueblo ha hablado: la crueldad con los animales -disfrazada de "tradición"- ya no se tolera", afirmó, por el contrario, el grupo de Personas por el Trato Ético de los Animales, más conocido por las sigla PETA, en una declaración difundida en Washington.
La decisión que convierte a Cataluña en la segunda región de España que prohíbe las corridas fue tomada por el Parlamento catalán por 68 votos a favor, 55 en contra y 9 abstenciones, un resultado que demuestra la división existente en la sociedad sobre este asunto.
En América Latina hay países donde esa misma decisión se tomó hace más de un siglo, como Argentina y Uruguay, donde la tauromaquia también tuvo su espacio, como en la mayoría de la región, desde tiempos de la colonia española.
Hoy en día son México, Venezuela, Perú, Ecuador y Colombia los países latinoamericanos que mantienen viva la llama de lo que se presta poco a términos medios y es calificado por unos como un "arte" y por otros como una "carnicería".
El torero colombiano César Rincón, ya retirado, acusó a Cataluña de "avergonzarse de tradiciones lindas de la identidad española", en declaraciones concedidas desde España a la emisora La W de Bogotá.
La votación fue "netamente política" y una "excusa" para afirmar "somos Cataluña y no somos España", opinó Rincón.
Por su parte, Luis Carlos Sarmiento, director regional para Suramérica de la Sociedad Mundial para la Protección de los Animales (WSPA, en inglés), dijo a Efe en Bogotá que la prohibición catalana, que entrara en vigor en 2012, puede ser la "base para ir más allá de la simple protesta" en América Latina, "llegar a los legisladores" y dejar de lado "la presión económica y mediática".
"No queremos quedarnos callados (...) La gente no se conforma con escuchar que el toreo es arte o cultura, porque el arte es para construir y no para matar animales", añadió
El escritor colombiano Germán Castro Caicedo, afamado cronista taurino, también opina que la decisión del Parlamento catalán es un "asunto político" que tiene que ver con las posturas independentistas de esa región.
Además de defender la tauromaquia como una "tradición de cinco siglos", parte de una "cultura mestiza", Castro Caicedo opina que casi "da risa" hablar de violencia contra los toros en "uno de los países más violentos del mundo".
"Aquí hay seres humanos que han estado secuestrados 12 años, más de un millón de personas llevadas al destierro, tras ser expulsadas a bala de sus fincas, y un Ejército que paga a quienes matan a inocentes para presentarlos como guerrilleros", afirmó.
Tambien en Ecuador, las reacciones han sido contrapuestas, y mientras los taurinos entienden que prohibir los toros en el país sería prohibir una "tradición", los antitaurinos se felicitan por la prohibición de un "salvajismo cultural".
Para Macarena Valarezo, concejala y miembro de la Comisión Taurina de Quito "tiene que haber una libertad de expresión ante todo" y si no "que prohíban también el boxeo, cierta clase de deportes o los conciertos de rock pesado, que hay gente a la que les molesta", apuntó a Efe.
La prohibición de los toros en Cataluña es, a su juicio, algo "bastante fuerte", y eliminarlos en Ecuador "sería quitar parte de nuestra tradición".
Por la otra parte, para el portavoz de la asociación DiablUma, Felipe Ogaz, la medida catalana es un "gran ejemplo" que "totalmente" va a ayudar a la lucha por la abolición de las corridas en Ecuador.
Para el colectivo, según dijo a Efe Ogaz, la práctica taurina demuestra "un salvajismo cultural".
La presidenta de la Asociación de Amigos de los Animales y de la Naturaleza de Panamá, Andrea Guevara, cree que la decisión del Parlamento catalán "es un gran paso", que debería aplicarse "para todo lo relacionado con la protección de los animales y aquí en Panamá, por lo menos, en lo que son las peleas de gallos".
"Si se puede con los toros, que es una tradición muy marcada en el tiempo (en España), nosotros podremos lograr lo mismo si seguimos en la lucha", afirmó Guevara.
Para PETA, la corrida de toros "es un acto de cobardía", en el que el toro es sometido a toda clase de torturas para debilitarlo y prepararlo así para que el matador lo ultime, a veces tras infligirle más daño todavía.
La otra cara de la moneda de lo que cuenta PETA está representada por el diestro mexicano Arturo Macías, que abandonó la Unidad de Cuidados Intensivos de un hospital, donde permanecía ingresado desde el pasado domingo, cuando resultó herido "muy grave" por un toro en la plaza del Puerto de Santa María (sur de España).
EFE
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