La existencia del grupo Bilderberg suscita una multitud de teorías conspirativas, alimentadas durante años por la ausencia de comunicación en torno a las reuniones. A la última cita acudió el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo.
El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, participó en la reunión anual del grupo Bilderberg en Montreux, Suiza, junto con más de un centenar de personalidades políticas y económicas europeas y estadounidenses, para tratar sobre los desafíos que enfrenta el mundo.
En una muestra de la confidencialidad que impera en torno a esta cita, la reunión no figura en la agenda oficial del secretario de Estado, y su presencia no se menciona en la lista de participantes que publicaron los organizadores. La reunión empezó el jueves y duró hasta el domingo.
Esta edición, la número 67, reúne a unos 130 participantes de 23 países, según los organizadores, y está dedicada al futuro de Europa, al cambio climático, a China y Rusia, entre otros asuntos.
La lista de invitados incluye al primer ministro holandés, Mark Rutte; la ministra alemana de Defensa, Ursula von der Leyen; el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
Los encuentros se realizan en total discreción y al margen de la prensa. Los participantes pueden utilizar la información recabada con total libertad siempre y cuando no revelen ni la identidad ni la afiliación de las fuentes de la misma.
Jared Kushner, yerno y consejero del presidente estadounidense, que próximamente desvelará los detalles de un plan para resolver el conflicto palestino-israelí, también se encontraba en Montreux este fin de semana con ocasión de la reunión Bilderberg.
- Debates secretos -
La existencia del grupo Bilderberg suscita una multitud de teorías conspirativas, alimentadas durante años por la ausencia de comunicación en torno a las reuniones.
Sus detractores lo describen como una suerte de gobierno mundial en la sombra, que toma decisiones cruciales sin ningún control ni legitimidad democrática. Otros críticos consideran que defiende una globalización ultraliberal.
El club, reunido por vez primera en 1954 en un hotel holandés (el "Bilderberg") a petición del príncipe Bernhard de Holanda, proclama, por su parte, que su objetivo es "favorecer el diálogo entre Europa y Norteamérica".
"El carácter privado de la conferencia permite que los participantes no estén atados por las convenciones de sus funciones, ni por unas posiciones preestablecidas", explica el grupo en su página web. En otras palabras, el secreto de los debates alienta la libertad y la sinceridad de las conversaciones. (AFP)
Comparte esta noticia