Las protestas de este sábado se dan en el marco del quinto aniversario de la decisión de China de no permitir el sufragio universal y libre para elegir al jefe del Gobierno hongkonés, que fue la semilla para la conocida Revolución de los Paraguas.
Un grupo de manifestantes en Hong Kong prendió fuego a una enorme barricada levantada cerca del cuartel general de la policía el sábado por la noche, creando grandes columnas de humo, según un corresponsal de la agencia AFP.
El grupo usó bolardos de plástico, vallas de metal y asientos de un estadio de deportes cercano antes de iniciar el fuego, ocurrido de Wan Chai, distrito central del enclave.
Más temprano, la policía había disparado gases lacrimógenos para dispersar una protesta violenta cerca del Parlamento en Hong Kong, cuando decenas de miles de personas desafiaron la prohibición de manifestar para invadir de nuevo varios barrios de la excolonia británica.
La policía justificó la decisión de prohibir una nueva manifestación este sábado por los enfrentamientos ocurridos el domingo pasado, uno de los episodios más graves desde el inicio de la protesta en junio. Pero desde primeras horas de la tarde, multitud de manifestantes vestidos de negro -color emblemático de la protesta- desfilaron por las calles de varios barrios del centro de la región semiautónoma. "Recuperar Hong Kong, la revolución de nuestra época", coreaban.
La tensión subió al final de la tarde, cuando un pequeño grupo de radicales comenzó a lanzar piedras a la policía, atrincherada alrededor del complejo que alberga el Parlamento local y la sede del Ejecutivo hongkonés.
Cerca de casa de la jefa del Ejecutivo
La policía disparó granadas lacrimógenas para intentar dispersarlos, mientras que los manifestantes derribaron las barreras de protección, y arrojaron cócteles molotov a las fuerzas de seguridad. El Parlamento había sido invadido y saqueado el 1 de julio, día del 22 aniversario de la retrocesión de la excolonia británica.
Antes, un grupo desfiló cerca de la residencia de la jefa del Ejecutivo local, Carrie Lam, exresidencia del gobernador británico en lo alto de las primeras pendientes de Victoria Park. Lam concentra la ira de la protesta por no haber retirado formalmente su proyecto de ley sobre las extradiciones hacia China, que fue el detonador en junio de la movilización.
Otro grupo se reunió en el barrio comercial de Causeway Bay, repleto como cada sábado. "Estoy dispuesto a asumir las consecuencias por manifestar", declaró un manifestante que se identificó como Jay. "Pero nosotros, hongkoneses, tenemos la libertad de reunión".
Hong Kong vive desde hace casi tres meses su peor crisis política desde su retrocesión a China en 1997, con acciones casi diarias que acabaron a veces en disturbios. Una situación inédita a la que no logran dar respuesta las autoridades de la región semiautónoma.
Las protestas recientes comenzaron el pasado mes de marzo como oposición a una polémica propuesta de ley de extradición que, según abogados y activistas, podría haber permitido a Pekín acceder a "fugitivos" refugiados en la excolonia británica.
Sin embargo, las manifestaciones han movilizado desde principios de junio a cientos de miles de personas y han dejado enfrentamientos entre algunos manifestantes violentos y la Policía, a la que se acusa de actuar con fuerza excesiva a la hora de disuadir las protestas. (Con información de EFE y AFP)
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