Sigue subiendo la tensión entre Japón y China luego de que la primera ministra japonesa dijera que un ataque contra Taiwán que amenazara la supervivencia de Japón provocaría su respuesta. Si bien Tokio afirma que busca una buena relación con China, Beijing insta a la primera ministra a retirar sus palabras y multiplica las represalias económicas.
Polémica por declaraciones de Takaichi
El 7 de noviembre, Sanae Takaichi declaró ante el Parlamento japonés que un ataque a Taiwán podría considerarse "una situación que amenaza la supervivencia de Japón", una situación, que según las leyes del país, permite desplegar las Fuerzas de Autodefensa del país.
El día siguiente, el cónsul general de China en la ciudad japonesa de Osaka, Xue Jian, afirmó en redes sociales, antes de supirmir la publicación: "Hay que cortar la cabeza sucia que se entromete", algo que Tokio consideró "extremadamente inapropiado".
Japón afirmó que las declaraciones de Takaichi eran "hipotéticas" y se comprometió a abstenerse de volver a hacer comentarios similares en el Parlamento.
Pero desde entonces, China ha pedido repetidamente a Japón de retirar oficialmente estas declaraciones.
Según un comunicado conjunto japonés-chino firmado el 29 de septiembre de 1972, Japón reconocía la existencia de una "sola China". Pero Taiwán, antigua colonia japonesa hasta 1945, sigue manteniendo estrechos vínculos económicos y culturales con Japón.
Represalias económicas
En los últimos días, Beijing ha multiplicado las medidas punitivas. El miércoles, China anunció que suspenderá las importaciones de productos del mar japoneses, explicando que era necesario para verificar el impacto de las aguas residuales tratadas que se vierten desde la central nuclear de Fukushima. China había levantado recientemente esta prohibición.
También se suspendieron las negociaciones sobre la reanudación de las importaciones de carne bovina procedente de Japón.
En el lado cultural, se han cancelado eventos y se suspendió el estreno de dos películas japonesas previstas para noviembre y diciembre. Además, China desaconseja a sus ciudadanos viajar a Japón.
Por su parte, Taiwán ha levantado las restricciones a las importaciones de alimentos procedentes según informaron este viernes los Gobiernos taiwanés y japonés.
"Basándose en datos científicos, la evaluación de riesgos de Taiwán sobre la exposición adicional a la radiación procedente de los productos alimenticios japoneses indica un riesgo insignificante", afirmó el Ministerio de Salud de Taiwán en un comunicado.
Se habían introducido estas medidas tras el desastre nuclear de Fukushima en 2011.