El Kremlin prohibió la entrega a Irán de armamento pesado, incluido los sistemas S-300 que Teherán esperaba recibir en virtud de un contrato suscrito por ambas partes en 2007
Rusia reconoció hoy que la negativa a suministrar varias baterías antiaéreas con misiles S-300 a Irán podría costarle hasta mil millones de dólares por incumplimiento de contrato.
"Irán está en su derecho de exigir cierta compensación por incumplimiento del contrato. En tal situación, Rusia sufriría unas pérdidas de hasta mil millones de dólares", afirmó Konstantín Kosachov, presidente del comité de Asuntos Exteriores de la Duma rusa.
La pasada semana, el Kremlin prohibió por decreto la entrega a Irán de armamento pesado, incluido los sistemas S-300 que Teherán esperaba recibir en virtud de un contrato suscrito por ambas partes en 2007.
Para ello, Rusia se amparó en la nueva ronda de sanciones que el Consejo de Seguridad de la ONU impuso a Teherán por las sospechas que despierta su programa nuclear.
"Ninguna pérdida económica debería considerarse más importante para Rusia que el perjuicio político que conllevaría la violación del régimen de no proliferación", señaló Kosachov al canal de televisión ruso Russia Today.
Sin embargo, el representante ruso se mostró convencido de que los problemas con ese contrato no supondrán la pérdida del mercado iraní.
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, se mostró hoy escéptico ante la posibilidad de que Irán reclame una compensación a Rusia.
Por su parte, el portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Ramin Mehmanparast, dijo la víspera que la resolución sancionadora 1929 de la ONU no justifica la decisión de Rusia, puesto que, a su parecer, "es injusta e ilegal" y los S-300 "no se ven afectados por la citada resolución". EFE
"Irán está en su derecho de exigir cierta compensación por incumplimiento del contrato. En tal situación, Rusia sufriría unas pérdidas de hasta mil millones de dólares", afirmó Konstantín Kosachov, presidente del comité de Asuntos Exteriores de la Duma rusa.
La pasada semana, el Kremlin prohibió por decreto la entrega a Irán de armamento pesado, incluido los sistemas S-300 que Teherán esperaba recibir en virtud de un contrato suscrito por ambas partes en 2007.
Para ello, Rusia se amparó en la nueva ronda de sanciones que el Consejo de Seguridad de la ONU impuso a Teherán por las sospechas que despierta su programa nuclear.
"Ninguna pérdida económica debería considerarse más importante para Rusia que el perjuicio político que conllevaría la violación del régimen de no proliferación", señaló Kosachov al canal de televisión ruso Russia Today.
Sin embargo, el representante ruso se mostró convencido de que los problemas con ese contrato no supondrán la pérdida del mercado iraní.
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, se mostró hoy escéptico ante la posibilidad de que Irán reclame una compensación a Rusia.
Por su parte, el portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Ramin Mehmanparast, dijo la víspera que la resolución sancionadora 1929 de la ONU no justifica la decisión de Rusia, puesto que, a su parecer, "es injusta e ilegal" y los S-300 "no se ven afectados por la citada resolución". EFE
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