"No nos han dicho de qué se trata en realidad. Espero que no den explicaciones", dijo el ministro ruso de Relaciones Exteriores.
El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, pidió hoy a Estados Unidos explicaciones sobre el desmantelamiento de una supuesta red de espías que trabajaban desde hacía varios años para Rusia.
"No nos han dicho de qué se trata en realidad. Espero que no den explicaciones", dijo Lavrov, citado por la agencia de noticias Interfax. El ministro calificó de "contradictorias" las informaciones sobre los cargos que se les imputan a los supuestos agentes.
Según el jefe de la diplomacia rusa, el momento en que se llevó a cabo el desmantelamiento de la supuesta red de espionjae fue elegido "sutilmente", en alusión a las relaciones cada vez más amistosas entre los presidentes Barack Obama y Dmitri Medvedev.
Las detenciones de presuntos espías rusos en Estados Unidos son "infundadas" y "malintencionadas" y recuerdan la época de la Guerra Fría, declaró el martes el ministerio ruso de Relaciones Exteriores en un comunicado.
El Departamento de Justicia en Washington había informado el lunes de que policías estadounidenses disfrazados como funcionarios de gobierno rusos habían arrestado a los diez sospechosos en varias ciudades del noreste de Estados Unidos y que uno más aún está prófugo.
La operación se realizó tras varios años de investigaciones por parte del FBI, la policía federal estadounidense.
La Justicia norteamericana también acusa a ocho de los detenidos del delito de lavado de dinero, según refiere la agencia DPA.
Según los analistas, el caso no tiene precedentes, dado el elevado número de sospechosos.
Hasta el momento el Departamento de Estado no ha revelado los objetivos del supuesto espionaje, por lo que aún no se sabe si los agentes tuvieron acceso a secretos del Estado o documentos secretos.
En Estados Unidos las actividades de espionaje para un gobierno extranjero pueden ser castigadas con hasta cinco años de prisión. El lavado de dinero tiene un castigo máximo de 20 años.
La víspera, de los diez detenidos, cinco: Richard y Cynthia Murphy, Vicky Pelaez y Juan Lazaro y Anna Chapman, acusados de espiar para Rusia, todos ellos residentes norteamericanos, comparecieron ante el juez federal encargado del caso en Manhattan, donde se celebraron las primeras audiencias en torno al caso. Según dictaminó el juez Ronald Ellis, a todos ellos se les negó la petición de quedar en libertad bajo fianza.
Dictámenes similares las emitieron tribunales federales norteamericanos contra los restantes cinco detenidos acusados de espionaje. Todos ellos serán trasladados hacia Manhattan para el enjuiciamiento.
ANDINA
"No nos han dicho de qué se trata en realidad. Espero que no den explicaciones", dijo Lavrov, citado por la agencia de noticias Interfax. El ministro calificó de "contradictorias" las informaciones sobre los cargos que se les imputan a los supuestos agentes.
Según el jefe de la diplomacia rusa, el momento en que se llevó a cabo el desmantelamiento de la supuesta red de espionjae fue elegido "sutilmente", en alusión a las relaciones cada vez más amistosas entre los presidentes Barack Obama y Dmitri Medvedev.
Las detenciones de presuntos espías rusos en Estados Unidos son "infundadas" y "malintencionadas" y recuerdan la época de la Guerra Fría, declaró el martes el ministerio ruso de Relaciones Exteriores en un comunicado.
El Departamento de Justicia en Washington había informado el lunes de que policías estadounidenses disfrazados como funcionarios de gobierno rusos habían arrestado a los diez sospechosos en varias ciudades del noreste de Estados Unidos y que uno más aún está prófugo.
La operación se realizó tras varios años de investigaciones por parte del FBI, la policía federal estadounidense.
La Justicia norteamericana también acusa a ocho de los detenidos del delito de lavado de dinero, según refiere la agencia DPA.
Según los analistas, el caso no tiene precedentes, dado el elevado número de sospechosos.
Hasta el momento el Departamento de Estado no ha revelado los objetivos del supuesto espionaje, por lo que aún no se sabe si los agentes tuvieron acceso a secretos del Estado o documentos secretos.
En Estados Unidos las actividades de espionaje para un gobierno extranjero pueden ser castigadas con hasta cinco años de prisión. El lavado de dinero tiene un castigo máximo de 20 años.
La víspera, de los diez detenidos, cinco: Richard y Cynthia Murphy, Vicky Pelaez y Juan Lazaro y Anna Chapman, acusados de espiar para Rusia, todos ellos residentes norteamericanos, comparecieron ante el juez federal encargado del caso en Manhattan, donde se celebraron las primeras audiencias en torno al caso. Según dictaminó el juez Ronald Ellis, a todos ellos se les negó la petición de quedar en libertad bajo fianza.
Dictámenes similares las emitieron tribunales federales norteamericanos contra los restantes cinco detenidos acusados de espionaje. Todos ellos serán trasladados hacia Manhattan para el enjuiciamiento.
ANDINA
Comparte esta noticia