Según primeros informes, las consagradas al Regnum Christi debían darle como regalo de cumpleaños un cheque aproximado de 250 mil dólares.
El fallecido fundador de los Legionarios de Cristo Marcial Maciel, también formó una congregación de mujeres denominada Regnum Christi , cuya existencia fue confirmada por los cinco obispos que realizaron una misión de inspección en la orden, bajo el mandato del Papa Benedicto XVI.
Así lo afirma hoy la versión electronica del portal "El Mercurio" de Chile que recogió un informe del periódico mexicano "Milenio", en el que se afirma que las consagradas no están reconocidas por la Santa Sede, y viven en una especie de "esclavitud voluntaria" que les impide opinar, tener amistades y cercanía con su familia.
La nota agrega que en la actualidad el "ejército femenino" de Maciel está compuesto por unas 900 mujeres provenientes de España, México, Estados Unidos, Francia, Italia, Alemania y Nueva Zelanda, principalmente.
Según el informe, el fundador de los Legionarios consideraba importante la participación de las mujeres, pero sólo para captar vocaciones y conseguir donativos. En este sentido, las consagradas tienen que cumplir con estrictas obligaciones económicas, como entregar sus bienes patrimoniales.
Asimismo, cuando Maciel estaba vivo, las consagradas debían darle como regalo de cumpleaños un cheque aproximado de 250 mil dólares, según Milenio. Sin embargo, cercanos a la congregación en Chile descartaron que en el caso de las chilenas se diera tal situación.
Las mujeres eran reclutadas en los colegios y se les consagraba a partir de los 17 años. De ahí en adelante debían cumplir con rígidas reglas: pueden estar con sus familiares durante 15 días cada siete años; una vez al año pueden ser visitadas por sus padres; y sólo pueden salir del centro en caso de que su madre o padre estén en peligro de muerte.
Además, las consagradas no podian hablar entre ellas, tampoco ayudarse unas a otras sin permiso de su directora e incluso sus idas al baño debían ser autorizadas.
De acuerdo a la información de "Milenio", testimonios de médicos y siquiatras que atienden a estas mujeres, acreditan que son sanas, pero que antes de cumplir 30 años tienen síntomas serios de "fibromialgia, neurosis, colitis, gastritis, trastornos del sueño y depresión".
Asimismo, como no gozan de plena libertad, las consagradas caen fácilmente en desesperación, desánimo y crisis emocionales.
"Por eso muchas de ellas no rebasan los 40 años en ese estilo de vida, algunas se van enfermas y afectadas. Pero en una indefensión total, porque de acuerdo con su normatividad, si se enferma síquicamente se le envía de regreso a su casa", concluye el periódico mexicano.
Así lo afirma hoy la versión electronica del portal "El Mercurio" de Chile que recogió un informe del periódico mexicano "Milenio", en el que se afirma que las consagradas no están reconocidas por la Santa Sede, y viven en una especie de "esclavitud voluntaria" que les impide opinar, tener amistades y cercanía con su familia.
La nota agrega que en la actualidad el "ejército femenino" de Maciel está compuesto por unas 900 mujeres provenientes de España, México, Estados Unidos, Francia, Italia, Alemania y Nueva Zelanda, principalmente.
Según el informe, el fundador de los Legionarios consideraba importante la participación de las mujeres, pero sólo para captar vocaciones y conseguir donativos. En este sentido, las consagradas tienen que cumplir con estrictas obligaciones económicas, como entregar sus bienes patrimoniales.
Asimismo, cuando Maciel estaba vivo, las consagradas debían darle como regalo de cumpleaños un cheque aproximado de 250 mil dólares, según Milenio. Sin embargo, cercanos a la congregación en Chile descartaron que en el caso de las chilenas se diera tal situación.
Las mujeres eran reclutadas en los colegios y se les consagraba a partir de los 17 años. De ahí en adelante debían cumplir con rígidas reglas: pueden estar con sus familiares durante 15 días cada siete años; una vez al año pueden ser visitadas por sus padres; y sólo pueden salir del centro en caso de que su madre o padre estén en peligro de muerte.
Además, las consagradas no podian hablar entre ellas, tampoco ayudarse unas a otras sin permiso de su directora e incluso sus idas al baño debían ser autorizadas.
De acuerdo a la información de "Milenio", testimonios de médicos y siquiatras que atienden a estas mujeres, acreditan que son sanas, pero que antes de cumplir 30 años tienen síntomas serios de "fibromialgia, neurosis, colitis, gastritis, trastornos del sueño y depresión".
Asimismo, como no gozan de plena libertad, las consagradas caen fácilmente en desesperación, desánimo y crisis emocionales.
"Por eso muchas de ellas no rebasan los 40 años en ese estilo de vida, algunas se van enfermas y afectadas. Pero en una indefensión total, porque de acuerdo con su normatividad, si se enferma síquicamente se le envía de regreso a su casa", concluye el periódico mexicano.
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