Los abogados de Davis, condenado a muerte por el asesinato de un policía en 1989, pidieron a la Corte Suprema de EE.UU. que suspenda su ejecución mediante inyección letal.
La ejecución de Troy Davis, programada para las 23.00 GMT de este miércoles, se ha postergado mientras sus abogados esperan una respuesta a su apelación ante la Corte Suprema de Estados Unidos, en una carrera contrarreloj por evitarla.
Los abogados de Davis, condenado a muerte por el asesinato de un policía en 1989, pidieron a la Corte Suprema de EE.UU. que suspenda su ejecución mediante inyección letal, que se debía haber realizado a las para las 19.00 hora local (23.00 GMT) en el estado de Georgia.
El caso de Davis, de 42 años y presentado por su defensa como el prototipo del negro condenado injustamente por la muerte de un blanco, ha reabierto el debate en torno a la pena de muerte en EE.UU. y cientos de personas se han congregado a las afueras de la cárcel de Jackson (Georgia) para pedir clemencia.
Por la conmutación de la máxima pena contra Davis han rogado desde el Papa Benedicto XVI hasta el expresidente estadounidense Jimmy Carter, así como un millón de personas en todo el mundo en una campaña de firmas.
Davis fue condenado a muerte en 1991 por el asesinato en 1989 de Mark MacPhail, agente de policía de la localidad de Savannah.
Siete de los nueve testigos que declararon en su contra en el juicio posteriormente se retractaron, según su defensa.
Sin embargo, los fiscales se apoyan en un informe de balística que sostiene que había similitudes suficientes entre los casquillos de bala encontrados en el sitio del homicidio y los hallados en el lugar de otro tiroteo ocurrido más temprano como para demostrar que podrían haber provenido de la misma pistola.
Según la fiscalía, Davis primero hizo disparos durante una fiesta en torno a una piscina en el barrio Cloverdale de Savannah e hirió a un hombre en la cara, y luego disparó y mató a MacPhail.
EFE
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