El estudio indica que es poco probable que los segmentos de la falla vuelvan a causar sismos en esa zona próximamente, pero sí podrían provocar terremotos en segmentos de falla cercanos.
La serie de terremotos que sacudieron Misuri (Estados Unidos) desde 1811 tuvieron su origen a finales de la Edad de Hielo, cuando los ríos de la región arrastraron rápidamente sedimentos que dieron lugar a la Falla de Nuevo Madrid, según publica esta semana la revista "Nature".
El estudio indica que es poco probable que los segmentos de la falla vuelvan a causar sismos en esa zona próximamente, pero sí podrían provocar terremotos en segmentos de falla cercanos, lo que indicaría que el riesgo estaría más disperso de lo que se pensaba.
Casi dos siglos después de la serie de terremotos de magnitud 7 o más en la escala Richter que azotaran Nuevo Madrid, los científicos continúan esforzándose por entender los eventos sísmicos de intraplacas.
Los cálculos sobre el riesgo de terremotos en los bordes de las placas tectónicas están basados en el supuesto de que las fallas en las que se han producido sismos importantes en la historia reciente, se repetirán de forma similar en el futuro.
Sin embargo, los investigadores de la Universidad de West Lafayette (EEUU) que han llevado a cabo este estudio argumentan ahora que los terremotos producidos en el interior de los continentes, o al menos en la zona estudiada de Nuevo Madrid, no tienen por qué repetirse.
Para llegar a esta conclusión, elaboraron un modelo que muestra que la retirada de sedimentos producida hace 16.000 ó 10.000 millones de años podrían haber provocado la secuencia de terremotos de Nuevo Madrid de principios del siglo XIX al liberar fallas preexistentes que estaban a punto de producir sacudidas.
El modelo muestra que estas fallas continúan aún liberadas, pero a un nivel mucho más bajo, inferior al que podría provocar el movimiento de los bordes de las placas. EFE
El estudio indica que es poco probable que los segmentos de la falla vuelvan a causar sismos en esa zona próximamente, pero sí podrían provocar terremotos en segmentos de falla cercanos, lo que indicaría que el riesgo estaría más disperso de lo que se pensaba.
Casi dos siglos después de la serie de terremotos de magnitud 7 o más en la escala Richter que azotaran Nuevo Madrid, los científicos continúan esforzándose por entender los eventos sísmicos de intraplacas.
Los cálculos sobre el riesgo de terremotos en los bordes de las placas tectónicas están basados en el supuesto de que las fallas en las que se han producido sismos importantes en la historia reciente, se repetirán de forma similar en el futuro.
Sin embargo, los investigadores de la Universidad de West Lafayette (EEUU) que han llevado a cabo este estudio argumentan ahora que los terremotos producidos en el interior de los continentes, o al menos en la zona estudiada de Nuevo Madrid, no tienen por qué repetirse.
Para llegar a esta conclusión, elaboraron un modelo que muestra que la retirada de sedimentos producida hace 16.000 ó 10.000 millones de años podrían haber provocado la secuencia de terremotos de Nuevo Madrid de principios del siglo XIX al liberar fallas preexistentes que estaban a punto de producir sacudidas.
El modelo muestra que estas fallas continúan aún liberadas, pero a un nivel mucho más bajo, inferior al que podría provocar el movimiento de los bordes de las placas. EFE
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