Al menos 62 personas fueron arrestadas en la última semana por la práctica prohibida y que generalmente era tolerada. La tendencia es que ese número se multiplique.
El refrán popular según el cual todo es permitido en carnaval no se aplicará este año en Río de Janeiro para quienes orinen en la calle, a los que les espera el arresto, su traslado a una comisaría y un proceso judicial por acto obsceno en lugar público.
Las autoridades de Río de Janeiro reiteraron hoy en la ceremonia oficial que marcó el comienzo del carnaval más famoso de Brasil que están dispuestas a reprimir con toda la fuerza este año a quienes, ante el afán y para no perderse la fiesta, orinan en la calle.
Al menos 62 personas fueron arrestadas en la última semana por la práctica prohibida y que generalmente era tolerada, y la tendencia es que ese número se multiplique significativamente en los próximos cuatro días debido a que un grupo de guardias municipales recibió la misión de reprimir a los meones.
Las escenas de hombres orinando contra árboles, vehículos y paredes son muy comunes por estos días de carnaval en Río de Janeiro debido a que, como muchas de las fiestas son callejeras y con alto consumo de cerveza, la demanda por baños se multiplica y la oferta es casi nula.
Las numerosas personas que deciden ponerse un disfraz y salir a la calle tras un bloco, como son conocidas las comparsas vecinales animadas por orquestas y que se multiplican por las calles de Río de Janeiro, apenas encuentran para aliviar la vejiga pocos baños portátiles que la municipalidad instala en los locales de mayor concentración.
Un bloco como el famoso "Cordao de Bola Preta" puede atraer a cerca de 500.000 personas a la fiesta que tradicionalmente organiza el sábado de carnaval en el centro de la Ciudad Maravillosa y, con la mayoría de los locales comerciales cerrados, los necesitados tienen que formar largas filas frente a los pocos baños portátiles de la municipalidad.
El secretario especial de Orden Público de Río de Janeiro, Rodrigo Bethlem, que será el responsable por la persecución a los infractores, alegó que en adelante no se tolerará el comportamiento debido a que la municipalidad aumentó significativamente el número de las casetas portátiles y de locales en que fueron instaladas.
Según el secretario, la alcaldía tiene a su disposición este año 4.000 baños portátiles, un número cuatro veces superior al del carnaval de 2009, y un complejo esquema que permite que sean trasladados diariamente a los locales en que se necesitarán.
Bethlem agregó que la Guardia Civil creó un grupo especial, integrado por cerca de 40 agentes, que asistirá a los desfiles con mayores concentraciones con el fin de buscar a quien viole la prohibición para conducirlo a una comisaría.
"Los que sean sorprendidos en flagrante serán conducidos a la comisaría. No hay disculpa para quien orina en la puerta de las personas, en la arena de la playa y ensucia la ciudad", afirmó.
"Apenas el hecho de tener que abandonar la fiesta y pasar la vergüenza de ir a una comisaría por orinar en la calle servirá de sanción y de ejemplo", agregó.
Varias de las 62 personas que fueron arrestadas por orinar en la calle durante fiestas precarnavalescas admitieron que están sufriendo complicados procesos judiciales por no haber aguantado la falta de baño o la gigantesca fila frente a los pocos disponibles.
La legislación brasileña prevé una condena de entre tres meses y un año de prisión para quien viole el artículo 233 del código penal, que define el delito de acto obsceno en lugar público o expuesto al público.
Una vez en la comisaría, el meón puede firmar un término en el que se compromete a comparecer al juzgado para un proceso que podrá enfrentar en libertad y por el que, por lo general, termina condenado a una pena alternativa, como prestar servicios sociales.
De cualquier forma tendrá que contratar un abogado para defenderse y pagar los costos procesales, además de ganarse una anotación en su historial de antecedentes policiales. EFE
Las autoridades de Río de Janeiro reiteraron hoy en la ceremonia oficial que marcó el comienzo del carnaval más famoso de Brasil que están dispuestas a reprimir con toda la fuerza este año a quienes, ante el afán y para no perderse la fiesta, orinan en la calle.
Al menos 62 personas fueron arrestadas en la última semana por la práctica prohibida y que generalmente era tolerada, y la tendencia es que ese número se multiplique significativamente en los próximos cuatro días debido a que un grupo de guardias municipales recibió la misión de reprimir a los meones.
Las escenas de hombres orinando contra árboles, vehículos y paredes son muy comunes por estos días de carnaval en Río de Janeiro debido a que, como muchas de las fiestas son callejeras y con alto consumo de cerveza, la demanda por baños se multiplica y la oferta es casi nula.
Las numerosas personas que deciden ponerse un disfraz y salir a la calle tras un bloco, como son conocidas las comparsas vecinales animadas por orquestas y que se multiplican por las calles de Río de Janeiro, apenas encuentran para aliviar la vejiga pocos baños portátiles que la municipalidad instala en los locales de mayor concentración.
Un bloco como el famoso "Cordao de Bola Preta" puede atraer a cerca de 500.000 personas a la fiesta que tradicionalmente organiza el sábado de carnaval en el centro de la Ciudad Maravillosa y, con la mayoría de los locales comerciales cerrados, los necesitados tienen que formar largas filas frente a los pocos baños portátiles de la municipalidad.
El secretario especial de Orden Público de Río de Janeiro, Rodrigo Bethlem, que será el responsable por la persecución a los infractores, alegó que en adelante no se tolerará el comportamiento debido a que la municipalidad aumentó significativamente el número de las casetas portátiles y de locales en que fueron instaladas.
Según el secretario, la alcaldía tiene a su disposición este año 4.000 baños portátiles, un número cuatro veces superior al del carnaval de 2009, y un complejo esquema que permite que sean trasladados diariamente a los locales en que se necesitarán.
Bethlem agregó que la Guardia Civil creó un grupo especial, integrado por cerca de 40 agentes, que asistirá a los desfiles con mayores concentraciones con el fin de buscar a quien viole la prohibición para conducirlo a una comisaría.
"Los que sean sorprendidos en flagrante serán conducidos a la comisaría. No hay disculpa para quien orina en la puerta de las personas, en la arena de la playa y ensucia la ciudad", afirmó.
"Apenas el hecho de tener que abandonar la fiesta y pasar la vergüenza de ir a una comisaría por orinar en la calle servirá de sanción y de ejemplo", agregó.
Varias de las 62 personas que fueron arrestadas por orinar en la calle durante fiestas precarnavalescas admitieron que están sufriendo complicados procesos judiciales por no haber aguantado la falta de baño o la gigantesca fila frente a los pocos disponibles.
La legislación brasileña prevé una condena de entre tres meses y un año de prisión para quien viole el artículo 233 del código penal, que define el delito de acto obsceno en lugar público o expuesto al público.
Una vez en la comisaría, el meón puede firmar un término en el que se compromete a comparecer al juzgado para un proceso que podrá enfrentar en libertad y por el que, por lo general, termina condenado a una pena alternativa, como prestar servicios sociales.
De cualquier forma tendrá que contratar un abogado para defenderse y pagar los costos procesales, además de ganarse una anotación en su historial de antecedentes policiales. EFE
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