Brett Kavanaugh es juez del Tribunal de Apelaciones del Circuito para el Distrito de Columbia desde 2006 y destaca por sus vínculos con las Administraciones de la familia Bush.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, nominó al juez conservador Brett Kavanaugh para cubrir la vacante de magistrado del Tribunal Supremo abierta tras el anuncio de jubilación del derechista moderado Anthony Kennedy.
Kavanaugh es juez del Tribunal de Apelaciones del Circuito para el Distrito de Columbia, en Washington, desde 2006 y destaca por sus vínculos con las Administraciones de la familia Bush.
"No hay nadie en Estados Unidos más cualificado para esta posición", aseguró el mandatario sobre su elegido, quien se impuso a otros 24 candidatos de una lista publicada por la propia Casa Blanca.
Trump enfatizó las credenciales "impecables" de Kavanaugh, quien cuenta con dos títulos de la prestigiosa Universidad de Yale y desempeñó distintas labores en las Administraciones Bush. "Es considerado un juez de jueces, un brillante jurista con una de las mentes legales más buenas y agudas de nuestro tiempo", incidió el presidente.
Promete "mente abierta en cada caso"
Durante el inicio de su intervención, Trump hizo referencia al concepto de "originalista", que se dice de los jueces que interpretan la Constitución tal y como se comprendía cuando fue escrita inicialmente, a finales del siglo XVIII.
Tras la introducción de Trump, Kavanaugh subió al escenario con sus dos hijas y su esposa, quienes lo acompañaron durante su discurso de nominación. "Si soy confirmado por el Senado, mantendré una mente abierta en cada caso y siempre buscaré preservar la Constitución de Estados Unidos y la legalidad", prometió Kavanaugh.
"Un juez debe ser independiente, debe interpretar la ley, no fabricar la ley", y actuar guiado por "la historia, la tradición y los precedentes", subrayó.
Kavanaugh deberá superar ahora la confirmación de la Cámara Alta, donde los republicanos tienen una leve mayoría, para convertirse en el sustituto de Kennedy y dar un previsible giro más conservador a la sala.
EFE
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