Es el primer cráter de este tipo descubierto en Groenlandia y el primero hallado bajo una capa de hielo. Figura entre los 25 más grandes de la Tierra, según un estudio publicado en la revista Science Advances.
Un gigantesco meteorito impactó en Groenlandia hace al menos 12.000 años, creando un cráter más grande que París, que ha sido descubierto recientemente bajo el hielo con la ayuda de un radar, dijeron investigadores el miércoles.
Es el primer cráter de este tipo descubierto en Groenlandia y el primero hallado bajo una capa de hielo. Figura entre los 25 más grandes de la Tierra, según este estudio publicado en la revista Science Advances.
El impacto de este meteorito, que produjo un cráter de una extensión de 31 kilómetros de ancho y está bajo el glaciar Hiawatha, puede haber tenido repercusiones significativas en la región e incluso a mayor escala, según los investigadores.
"Podría ser que los residuos arrojados a la atmósfera hayan afectado el clima y derretido todo el hielo, por lo que podría haber sido una repentina entrada de agua fría en el estrecho de Nares entre Canadá y Groenlandia que hubiera afectado las corrientes oceánicas de toda la región", dijo John Paden, coautor del estudio y profesor asociado de la Universidad de Kansas.
"El impacto probablemente se produjo después de la formación del casquete polar de Groenlandia, pero el equipo de investigación aún está trabajando en una datación precisa", indicó.
Se observa el fenómeno desde hace 3 años
El hallazgo ocurrió inicialmente en 2015 a partir de datos de un programa de la NASA, pero un equipo de investigadores internacionales ha estado trabajando desde entonces para verificar estas observaciones.
Otros datos han sido recolectados utilizando tecnologías de radar más avanzadas.
"Hasta ahora no ha sido posible datar directamente el cráter, pero su estado sugiere fuertemente que se formó" entre el momento "en que el hielo comenzó a cubrir Groenlandia, hace menos de tres millones de años", y "el final de la última era glacial" hace 12.000 años, explicó Kurt Kjaer, del Museo de Historia Natural de Dinamarca.
Los investigadores planean continuar haciendo relevamientos para conocer más sobre su datación y sus efectos en la vida en la Tierra en aquella época. (AFP)
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