México vive una emergencia que el presidente Felipe Calderón ha subrayado es una muestra de los efectos del cambio climático.
Las lluvias más intensas que recuerde México, que dejan 25 muertos y cerca de un millón de damnificados, mantienen una tercera parte del estado de Veracruz (este) bajo el agua, mientras sus habitantes tratan de secar sus pertenencias.
En el poblado colonial de Tlacotalpan, declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco, las aguas bajaron de nivel pero sigue en su mayor parte sumergido por el desborde del río Papaloapan.
"Llegamos a tener el agua inundando los segundos pisos (de las casas), con más de 2 metros de altura, ahora tenemos menos de un metro y la gente ha llegado a secar sus cosas, pero aún la emergencia no ha pasado", señaló a la AFP la alcaldesa de Tlacotalpan, Esperanza Burela.
Al menos dos represas en la zona montañosa del estado vecino de Oaxaca siguen a su máximo nivel de capacidad y aunque los responsables de la Comisión Nacional del Agua accedieron a cerrar sus compuertas, el riesgo de un nuevo aumento de aguas no es descartable, dijo Burela.
"Tenemos las presas llenas y esa agua todavía va a pasar por acá aumentando el nivel del río", agregó.
Un 95% del pueblo, de 8.500 habitantes en su casco urbano y 5.000 en las zonas rurales, fue evacuado hacia refugios en la vecina ciudad de Alvarado y en el puerto de Veracruz, según la alcaldesa.
El lunes algunos pudieron regresar a rescatar pertenencias.
"La situación sigue siendo muy mala. Estamos en una escuela con mi esposa y los niños, tenemos algo de comida y agua para tomar, pero no la suficiente para bañarnos. Además abundan los mosquitos", se lamentó Antonio Peña, un pescador de 35 años.
México, que a fines de noviembre celebrará la cumbre mundial de Naciones Unidas que busca un acuerdo para frenar las emisiones de gases que alteran el clima del planeta, vive una emergencia que el presidente Felipe Calderón ha subrayado es una muestra de los efectos del cambio climático.
Las lluvias que comenzaron por una confluencia de tormentas en el Pacífico y el Golfo de México, se han extendido prácticamente a lo largo de todo el sur y este del país, y suman 25 víctimas fatales, 10 en Veracruz y 15 en Oaxaca desde agosto.
El mayor número de damnificados se concentra en Veracruz (500.000 según el gobernador Fidel Herrera), sobre el Golfo, mientras en el vecino estado de Oaxaca, sobre el Pacífico, la cifra llega a 290.000, según los balances de Protección Civil.
En la escuela Cuauhtemoc, convertida en albergue, Josefina Salazar, de 68 años, dice que estas son las peores inundaciones que recuerda en Tlacotalpan, aunque reconoce que en 1969 el pueblo sufrió una de gran tamaño.
"Los abuelos nos decían entonces que nunca había caído tanta agua, pero lo de ahora es peor", asegura, mientras se abanica e intenta espantar los insectos que se multiplican entre las aguas estancadas, que en algunas zonas ya expelen un olor fétido.
Tlacotalpan, un poblado con coloridas casas coloniales y un conjunto arquitectónico que fue declarado en 1998 como patrimonio de la Humanidad, pidió ayuda a la Unesco para evaluar los daños en 540 edificaciones y monumentos históricos, indicó la alcaldesa.
El pueblo vive del turismo en una zona pesquera y sus habitantes esperan que el flujo de visitantes se reanude una vez pase la emergencia.
Como Jesús Balbuena, que mientras realiza el drenaje de la plaza principal junto a otros voluntarios comenta: "Yo confío en que los turistas vuelvan una vez bajen las aguas. De lo contrario no sabríamos qué hacer".
AFP
En el poblado colonial de Tlacotalpan, declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco, las aguas bajaron de nivel pero sigue en su mayor parte sumergido por el desborde del río Papaloapan.
"Llegamos a tener el agua inundando los segundos pisos (de las casas), con más de 2 metros de altura, ahora tenemos menos de un metro y la gente ha llegado a secar sus cosas, pero aún la emergencia no ha pasado", señaló a la AFP la alcaldesa de Tlacotalpan, Esperanza Burela.
Al menos dos represas en la zona montañosa del estado vecino de Oaxaca siguen a su máximo nivel de capacidad y aunque los responsables de la Comisión Nacional del Agua accedieron a cerrar sus compuertas, el riesgo de un nuevo aumento de aguas no es descartable, dijo Burela.
"Tenemos las presas llenas y esa agua todavía va a pasar por acá aumentando el nivel del río", agregó.
Un 95% del pueblo, de 8.500 habitantes en su casco urbano y 5.000 en las zonas rurales, fue evacuado hacia refugios en la vecina ciudad de Alvarado y en el puerto de Veracruz, según la alcaldesa.
El lunes algunos pudieron regresar a rescatar pertenencias.
"La situación sigue siendo muy mala. Estamos en una escuela con mi esposa y los niños, tenemos algo de comida y agua para tomar, pero no la suficiente para bañarnos. Además abundan los mosquitos", se lamentó Antonio Peña, un pescador de 35 años.
México, que a fines de noviembre celebrará la cumbre mundial de Naciones Unidas que busca un acuerdo para frenar las emisiones de gases que alteran el clima del planeta, vive una emergencia que el presidente Felipe Calderón ha subrayado es una muestra de los efectos del cambio climático.
Las lluvias que comenzaron por una confluencia de tormentas en el Pacífico y el Golfo de México, se han extendido prácticamente a lo largo de todo el sur y este del país, y suman 25 víctimas fatales, 10 en Veracruz y 15 en Oaxaca desde agosto.
El mayor número de damnificados se concentra en Veracruz (500.000 según el gobernador Fidel Herrera), sobre el Golfo, mientras en el vecino estado de Oaxaca, sobre el Pacífico, la cifra llega a 290.000, según los balances de Protección Civil.
En la escuela Cuauhtemoc, convertida en albergue, Josefina Salazar, de 68 años, dice que estas son las peores inundaciones que recuerda en Tlacotalpan, aunque reconoce que en 1969 el pueblo sufrió una de gran tamaño.
"Los abuelos nos decían entonces que nunca había caído tanta agua, pero lo de ahora es peor", asegura, mientras se abanica e intenta espantar los insectos que se multiplican entre las aguas estancadas, que en algunas zonas ya expelen un olor fétido.
Tlacotalpan, un poblado con coloridas casas coloniales y un conjunto arquitectónico que fue declarado en 1998 como patrimonio de la Humanidad, pidió ayuda a la Unesco para evaluar los daños en 540 edificaciones y monumentos históricos, indicó la alcaldesa.
El pueblo vive del turismo en una zona pesquera y sus habitantes esperan que el flujo de visitantes se reanude una vez pase la emergencia.
Como Jesús Balbuena, que mientras realiza el drenaje de la plaza principal junto a otros voluntarios comenta: "Yo confío en que los turistas vuelvan una vez bajen las aguas. De lo contrario no sabríamos qué hacer".
AFP
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