Suecia tiene una de las sociedades con mayor igualdad de género de la Unión Europea, pero otra realidad opaca sus avanzadas políticas.
Licencias de 480 días para padres y madres por el nacimiento de hijos. Poder Ejecutivo paritario y un Parlamento con un 44% de legisladoras mujeres. Una Iglesia luterana con una arzobispa mujer. El registro más alto de empleo en mujeres, con un 78% en toda su región. Suecia es, después de Finlandia, el segundo país con mayor igualdad de género en la Unión Europea (UE) y el cuarto en todo el continente.
La conciencia sobre la tendencia mundial de desigualdad entre mujeres y hombres está tan presente en la agenda sueca que su propio Gobierno se ha definido como feminista. Además, las políticas alcanzadas no fueron trabajo de un solo régimen, sino de estrategias diseñadas y perfeccionadas a lo largo de varias décadas. Así lo recordó en un reciente reportaje el diario español El País.
"La paradoja nórdica". Pero, pese que sus políticos no dejan de formular medidas para reducir al mínimo la desigualdad de género, el país europeo sigue registrando una de las mayores tasas de violencia machista de la UE.
Según una encuesta de 2014, el 46% de las mujeres mayores de 15 años en Suecia pasa o ha pasado por algún episodio de violencia física o sexual por parte de hombres. Adelante se sitúan Dinamarca, con un 52% y Finlandia, con 46%.
¿Qué hace que un país tan igualitario continúe con cifras preocupantes de violencia de género? En su último estudio, publicado en la revista Social Science and Medicine, el psicólogo Enrique Gracia y el epidemiólogo Juan Merlo, ambos españoles, llamaron a este fenómeno social “la paradoja nórdica”.
“No somos un paraíso ni hemos alcanzado la igualdad. Los niveles de agresiones no han bajado en la última década”, admitió para el informe la ministra de Igualdad sueca, Asa Regnér. El Consejo Nacional de Suecia para la Prevención del Crimen (Bra) estimó que las cifras de asesinatos han descendido. Sin embargo, los 13 casos anuales se producen en un país con 10 millones de habitantes. Para comparar, en España, que tiene una población de 46,5 millones, se registran 44.
Posibles factores. La investigación de Gracia y Merlo apunta a varias hipótesis para explicar los orígenes de “la paradoja nórdica”. Por un lado, sostienen que el empoderamiento de las mujeres ha generado una reacción cada vez más frontal y violenta del machismo. Por otro, estiman que los casos son más visibles porque las mujeres no se abstienen de denunciar. Un tercer planteamiento se relaciona al alto consumo de alcohol.
Para la funcionaria sueca, no existe otra vía más efectiva contra la violencia de género que la educación. Para esto, se han implementado programas de prevención, charlas e incluso cursos sobre igualdad que incluyen a los casi 200 mil inmigrantes refugiados.
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