De acuerdo al gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, la reacción por parte de las autoridades ha sido lenta y de pequeñas proporciones.
El vertido del Golfo de México afecta ya a más de 160 kilómetros de la costa de Luisiana, denunció el gobernador de ese estado, Bobby Jindal.
El político, que volvió hoy a inspeccionar la zona en barco y que se ha quejado de la lenta reacción de las autoridades federales y de British Petroleum (BP), que opera la plataforma petrolera que explotó el 20 de abril y después se hundió, criticó una vez más la respuesta al derrame al afirmar que los esfuerzos para prevenir la llegada del vertido a la costa "han sido demasiado pequeños".
"Más de 160 kilómetros de nuestra costa han sido afectados" por la marea negra, dijo Jindal en declaraciones a la cadena CNN.
También el presidente de la comunidad costera de Plaquemines Parish, Billy Nungesser, que acompañó al gobernador en su ruta de reconocimiento de las marismas y pantanos afectados por el derrame, criticó a Thad Allen, el almirante de la Guardia Costera que lidera la respuesta del Gobierno de EE.UU. y pidió su dimisión.
"Debería dimitir. No ha hecho absolutamente nada. Es una vergüenza para este país", afirmó.
Nungesser alegó que "el mismo crudo que lleva allí fuera dos semanas todavía está allí y nada se ha hecho".
En su opinión, la Guardia Costera debería exigir que BP limpie el crudo inmediatamente.
"No tenían ningún plan para mantener el crudo alejado. No tenían ningún plan para limpiarlo", denunció.
Expresó su esperanza de que cuando el presidente de EE.UU., Barack Obama, visite Luisiana de nuevo el viernes, asuma el control de la respuesta al derrame.
Mientras, BP inició hoy la operación para intentar sellar el pozo en el golfo de México con una inyección de fluidos pesados, aunque tanto la petrolera como la Casa Blanca insistieron previamente en que no hay garantías totales de éxito.
El procedimiento, conocido como "top kill", empezó después de que la Guardia Costera de EE.UU. diera luz verde a la multinacional británica para comenzar a trabajar.
BP bombeará cemento a 1.500 metros de profundidad tras inyectar los fluidos pesados.
Es la primera vez que una operación de este tipo se lleva a cabo en aguas tan profundas y BP había cifrado por la mañana las posibilidades de éxito entre el 60 y el 70 por ciento.
El consejero delegado de la multinacional británica, Tony Hayward, aseguró cinco horas después que la operación avanza según lo previsto pero que habrá que esperar al menos 24 horas antes de saber si ha tenido éxito.
El director general de operaciones de la compañía, Doug Suttles, dijo poco después en rueda de prensa que BP ha puesto al frente de la operación a "los mejores del mundo" y aseguró que si la técnica "top kill" no tuviera éxito, la petrolera recurrirá a otros planes.
EFE
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